¡Nos queremos vivas y felices!

» Por Marcela Guerrero Campos - Ministra de la Condición de la Mujer Presidenta Ejecutiva del INAMU

Quién no ha escuchado y hasta cantado alguna de estas piezas musicales:

“fue en un cabaré donde te encontré bailando”

“…por eso ahora tendré que obsequiarte un par de balazos… pa´que te duela”, 

“…haz hecho el amor más veces que mi abuela y aún no acabas ni la escuela”,

“…quiero una mujer bien bonita y callada que no me diga nada…”

“tu reputación son las primera seis letras de esa palabra”,

 

Muchas veces consumimos contenidos sean musicales, en la publicidad, en la industria del entretenimiento, en la vida cotidiana y no nos damos cuenta de que estamos consumiendo y reforzando la violencia contra las mujeres. A ese tipo de mensajes se les conoce como violencia simbólica, un tipo de violencia dañina y muy presente en las redes sociales, como Facebook, Instagram Twitter, WhatsApp, y otros medios de comunicación.

La violencia simbólica tiene un trasfondo violento porque somete y expone a la mujer y, lo peor de todo, es que en la mayoría de los casos pasa desapercibida y es hasta vista de forma normal, pero NO es normal, es muy dañina.

El machismo se perpetúa por medio de la violencia simbólica y así se resiste al cambio, esto sucede porque hombres y mujeres lo hemos asumido como algo normal. Está tan arraigado que ni lo notamos y ahí es donde reside su peligro.

En diversos géneros musicales se percibe la violencia simbólica cuando se expone a la mujer con palabras, letras y narrativas grotescas, misóginas, humillantes, que desprecian y desvalorizan y promueven la violencia hacia ellas. También cuando se usa el cuerpo de la mujer como un objeto sexual o referente excesivo de su figura física.

El INAMU se ha manifestado en diversas ocasiones y nuevamente hace explícito su repudio y censura hacia este tipo de violencia.  Esta forma de exponer las mujeres viola vergonzosamente la dignidad humana y en muchos casos hasta sugiere que las mujeres realizan conductas de riesgo que las predisponen para ser atacadas violadas o asesinadas, dejando oculta la responsabilidad del único culpable: el agresor machista.

Nuestro llamado es para que reflexionemos sobre las consecuencias de la reproducción de estereotipos sexistas en los contenidos que promueven la violencia y la discriminación de género. Debemos adoptar medidas para eliminar esas imágenes negativas, con miras a promover una sociedad basada en los principios de igualdad y respeto, esenciales para el desarrollo y la paz de todas las naciones, por eso hoy, alzamos nuestra voz para combatir las diferentes manifestaciones de violencia que sufren las mujeres y reiteramos que la erradicación del machismo no es solo un deber de las mujeres, el compromiso también debe ser de los hombres, del Estado, de las organizaciones, las empresas, de toda la sociedad.

Invitamos a cerrar filas para poner fin a la violencia simbólica cotidiana que vivimos las mujeres y a exigir respeto y cambios en los medios de comunicación, las redes sociales, la música, la calle, la vida en general.

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.

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