No todos los días son iguales

Creo que para muchos el nombre del presente artículo pudiera resultar más que evidente, 7 días a la semana, que al menos en el idioma español distinguen uno de otro.

¿Significado de día? Tal vez para los más jóvenes que cursan clases de la enseñanza media, la respuesta sería sencilla, no así para los que por sr mayores olvidamos su definición o diferentes acepciones, lo cual les recuerdo: 1. “Tiempo que emplea la Tierra en dar una vuelta sobre sí misma, equivalente a 24 horas, y que se utiliza como unidad de tiempo; se cuenta normalmente desde las doce de la noche hasta veinticuatro horas después”; 2. “Porción del día en la que dura la claridad del Sol sobre el horizonte”

Pero me atrevo a establecer una nueva propuesta de clasificación de los días, siendo éstos: 1. Alegres; 2. Rutinarios y 3. Tristes

Me dirijo a la definición de la palabra alegría y encuentro: “Sentimiento de placer producido normalmente por un suceso favorable que suele manifestarse con un buen estado de ánimo, la satisfacción y la tendencia a la risa o la sonrisa”

¿Rutinario? Sin dirigirme al diccionario, trataría de acertar como “…algo que se repite” y en el caso de Triste, lo relaciono con tristeza identificando lo siguiente: “Sentimiento de dolor anímico producido por un suceso desfavorable que suele manifestarse con un estado de ánimo pesimista, la insatisfacción y la tendencia al llanto”

Por lo visto alegría y triste son dos palabras opuestas (ambos adjetivos) según la universidad de Oxford Languages, que si fuéramos a juzgar ¿Qué nos agrada más? Votaríamos por la alegría, donde se repitiese una y otra vez con el propósito de lograr: la felicidad.

En el caso de la rutina, no lo recomendaría: soy del criterio que si bien debemos ser ordenados y organizados para muchas cosas, que resultan necesaria: ingerir alimentos a una hora X, seguir las orientaciones de los médicos a través de un plan o plasmado en una receta, hacer ejercicios (sin importar la edad), piense que puede hacer mañana que sea diferente con sus hijos, esposas, hermanos/as, amigos/as más cercanos de modo tal que en la balanza alegre-rutinario-triste, el fiel se incline con más frecuencia a que se generen “…sucesos favorables que suelan manifestarse con un buen estado de ánimo, la satisfacción y la tendencia a la risa o la sonrisa”

No quisiéramos nunca, pero existen los días tristes ya que es una realidad diría que amarga, compleja de digerir, de aceptar, que ojalá fuese una pesadilla y que al despertar estuviera allí la persona que era bonachona, entusiasta, regocijaba con su actuar, generaba júbilo en cualquier grupo, propensa siempre a despertar sonrisas , carcajadas…

Sin embargo, no estás, pero me siento compensado cuando me refugio en tus fotos y videos compartidos, en saber que tu cuerpo se disolvió en el mar – porque así lo pediste – lugar que te hacía feliz cuando buceabas o pescabas.

Y allí cada vez que vea el mar, allí estarás tú sonriendo, haciéndonos que tratemos de seguir siendo alegres como nos enseñaste. Un abrazo grande.

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