No a las Misas

Con dineros públicos. Así de simple. Así de sencillo. No importa que religión profese usted o si del todo no profesa ninguna. Ni el estado ni ninguna organización religiosa tienen el derecho de promover sus ideas, propaganda y mitos con dinero que el estado mediante la coerción y la fuerza le quita a los ciudadanos en forma de impuestos. De nuevo. No. Sin importar las intenciones o los probables (bastante fáciles de cuestionar, por cierto) beneficios. Ese derecho no existe. No lo tiene la iglesia católica, no lo tiene el estado.

A través de los impuestos el estado toma dinero de los ciudadanos y financia sus actividades. Canal 13 no es más que una de las tantas instituciones que se financian con ese dinero. Ese acto de tributo coercitivo y obligatorio es motivo de debates ideológicos y morales, ya que no es sino mediante la fuerza que el dinero cambia de manos. No somos contribuyentes. Contribuir implica voluntariedad. Los impuestos no son ni contribuciones voluntarias ni préstamos. Son recolectados mediante la amenaza. Si no me cree, investigue sobre un experimento fallido de “impuestos” voluntarios en Noruega…

A lo que me refiero con esa breve introducción, es sobre la violencia y la imposición que media entre el estado y la sociedad. Esta puede ser 51% o 99% católica o budista o musulmana, que el hecho que una mayoría esté de acuerdo con A, no hace que A sea ni verdadero, ni real, ni bueno ni mucho menos válido per se. Es sólo una opinión.

¿Debe difundirse A por la fuerza usando dinero que sacan de los bolsillos de todos? Ojo a la hipocresía: algunos quieren que todos paguemos para mantener esos programas de contenido católico con dineros que el estado le saca a todos, los que creen y los que no. Son los que tienen las intenciones de hacer el bien (según ellos) a los demás quieran los demás o no, ¡y con dinero que no es de ellos! Con esos colectivistas hay que poner tierra de por medio… cualquier día ese bien común curiosamente se va a alinear con sus intenciones y no los de los demás.

¿Quieren ayudar a transmitir las buenas nuevas (donde los animales hablan, la gente vive dentro de una ballena o llegan a los 900 años)? Háganlo con SU dinero. Que la iglesia o los que quieren que se transmita compren el espacio. Los reto a que sean los 100% católicos los que financien la difusión de sus actividades, pagando por el espacio en canal 13 o la estación que quieran. Los reto a que busquen difundir la transubstanciación y demás maravillas que alegan con sus propios recursos, no los de los demás.

La libertad de expresión alcanza para todos. Y aplica para los que quieren difundir otros credos (ya empecé la colecta para llevar la gracia del Monstro de Spaghetti Volador a todos los hogares).

Lo que el estado ni nadie tiene derecho a hacer es divulgar ideas que no tienen sustento ni en la lógica ni en la ciencia y que no todos comparten, por el canal oficial, usando dinero que nos quitan a todos mediante la fuerza. De nuevo, que las almas buenas sean las que se metan la mano en SU bolsa (NO la mía) para llevarle la misa (la hora menos objetiva y con menos actividad cerebral de toda la televisión) a los viejitos o pensionados.

¿Yo? Prefiero difundir las ideas del sano escepticismo, el conocimiento científico, la cooperación voluntaria y la libertad individual. Tras que el concepto de la Corea del Norte celestial que algunos pretenden vender con dinero público es un disparate sin evidencias reales (afirmaciones extraordinarias necesitan evidencias extraordinarias), no todos creemos en un ser superior que se emperra en hacer micromanaging a un grupo de primates sobre evolucionados en una roca cualquiera que gira alrededor de una estrella cualquiera.

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