Nadie cerró las puertas a Luis Amador

» Por Vanessa de Paul Castro Mora - Diputada de la República

No se trata de una bandera rojo y azul que se levanta cada cuatro años, se trata de un partido político que, con hechos y obras a lo largo de los años ha dejado clara su visión integral de la sociedad y su convicción en torno a la dignidad y el valor de la persona.

Queremos volver a gobernar, eso nos reta a pensar en grande, pero no somos un partido para rentar, para alquilar, para prestar, para tomar como medio para acceder al poder, somos un partido para el cambio, no una opción coyuntural. Amador o cualquier otro que busque ese camino, se equivocará en su forma de abordar y plantear sus aspiraciones, poniendo por delante la prepotencia y falta de humildad, virtudes tan necesarias si se quiere trabajar de verdad por Costa Rica.

Creo en un partido que piense a largo plazo, que visualice una sociedad nueva, superior, prospera, justa y feliz, donde la tarea prioritaria sea el desarrollo social y el crecimiento económico con justicia social, con participación democrática, solidaridad y profundo apego a la libertad de las personas.

A lo largo de los años he participado en el proyecto político que ha propuesto el PUSC a los costarricenses, proyecto que ha sido resultado como lo indica la Carta Social Cristiana a Costa Rica de la convergencia de un marco ético, doctrinal e ideológico y de un acertado diagnóstico de las condiciones del país, hoy el PUSC debe abrir aun más sus puertas, debe sumar y sumar personas, con la convicción de enriquecer aquel resultado, pero sin dejar de reconocer que no se puede caer en la improvisación oportunista e interesada, que no trae consigo una visión o un proyecto.

Yo reclamo las palabras que representan el pensamiento socialcristiano, el PUSC debe ser un partido para transformar Costa Rica y llevarla de la mano, renovada y fortalecida como sociedad libre, responsable, tolerante y solidaria … con valores, principios, tradiciones y bienes que son propios del ser costarricense y de la identidad nacional. La paz, la libertad, la civilidad, la democracia, el respeto a los derechos humanos, el sometimiento a un Estado de Derecho entre otros.

Nadie cerró las puertas a Amador, las puertas de un partido nunca se deben cerrar a los que quieren construir, aportar y trabajar por Costa Rica, lo que le pasó, es que quiso entrar por la cocina y que además le tuvieran la comida hecha y servida en la mesa.

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