Por Danilo Cubero*
No solo tiene este gobierno del PACFA muy mala nota ante la imagen de la opinión pública por su ineficiencia e incapacidad para sacar al país de la crisis en que lo dejó el Partido Liberación Nacional, sino que tenemos que sumar la inoperancia del Ministerio de la Presidencia, vaso comunicante esencial del Mandatario con las fuerzas políticas y gubernamentales establecidas en los demás Poderes de la República, a fin de conciliar un proyecto serio para guiar a la nación.
Primero el show religioso de don Melvin Jiménez. Segundo acto: el show profano de don Sergio Alfaro, coronado con la emisión de cartas infames para proteger los intereses de Recope.
La sacudida ha sido fuerte, pues las intromisión de funciones no son ni permitidas ni saludables para el equilibrio democrático. No es el caso de Costa Rica el de Venezuela, aunque muchos adeptos del gobierno lo desearan. El país dibuja la línea divisoria de la competencia de funciones, la potestad de autonomía en sus instituciones. Ninguna carta de Alfaro debió llegar a Aresep con la misión de torcer brazos.
La argumentación del Ministro de la Presidencia fue escasa y paupérrima. La solidez del argumento de Aresep es clara y determinante: No está dispuesta la sociedad costarricense a seguir pagando recargos en el precio de los combustibles para que el Sindicato y empleados de Recope se den la gran vida a costa del sacrificio del resto de la población productiva del país.
A Alfaro le preocupa mucho la determinación de Aresep de excluir del cálculo del precio de combustibles el salario de 373 funcionarios de Recope adscritos al sector de refinería. Recope no refina una gota de crudo hace muchos años. Más bien, las cartas del Ministro PACFA deben ir dirigidas a Recope, solicitando explicación del por qué se le da salario a 373 funcionarios muy bien pagados por el pueblo, si allí no se refina nada. ¿Qué hacen entonces?
Muy grande la yegua para don Sergio. Muy peligroso el ánimo de entrometerse enfundado en su puesto, en potestades de otras entidades que no están bajo su jurisdicción.
El pueblo de Costa Rica apenas navega la mitad de la pesadilla de un gobierno que prometió el cambio anhelado, pero terminó durmiendo en el mismo tálamo indecoroso con la especia sindicalista que chupa sin control y de manera desmedida de la riqueza nacional en perjuicio de las mayorías.
El Gobierno “del cambio” debe entender: gobernar para todos es su misión, ya el pueblo despertó luego del engaño de febrero 2014 y esta revolución de conciencias no tiene marcha atrás.
Las cartas infames deben guardarse para episodios posteriores, por ejemplo, reconstruir sus conciencias por haber fallado ante el clamor nacional de equidad y justicia.
*Presidente del Partido Movimiento Libertario
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