Por Lic. Alejandro González Carrillo
En los actos protocolarios conmemorativos al 15 de setiembre en San José, tuvimos la oportunidad de escuchar el monólogo más pintoresco del presidente Luis Guillermo Solís, un discurso como salido de una sátira irónica de un bufón sarcástico.
Cito las palabras del señor Presidente de la República: “Le pido al pueblo de Costa Rica que no tenga miedo. Es del miedo del que tenemos que independizarnos. No tengamos miedo ni del presente ni del futuro; es una forma de decir que estamos llenos de alegría y felicidad”.
Me alegra que el presidente esté alegre sabiendo que sus palabras son el reflejo de la contradicción de su gobierno. El miedo del Presidente a Albino Vargas y Ronaldo Blear, al sindicato del ICE, a RECOPE, a cerrar la DIS de Mariano Figueres; ¿cuándo se curará Don Luis Guillermo de ese miedo?
A este gobierno lo domina el miedo, el pánico de rebajar el presupuesto, de hacer recortes en viajes y dietas, el terror colectivo de luchar contra el despilfarro, ni que decir de la turbación de rebajar impuestos a los costarricenses.
“(…) es una forma de decir que estamos llenos de alegría y felicidad (…)” esa felicidad de la que habla el Presidente al menos yo no la veo en las calles: ¿quién sería feliz con impuestos tan altos? Súmese a esto la inseguridad, el aumento en la delincuencia, el alto costo de la vida, la pérdida de inversión extranjera, el desempleo, el hambre, pésima infraestructura, la caída de la economía, la huida de empresas transnacionales del país (25 en los últimos 9 meses), la falta de aprobación de proyectos legislativos en temas de derechos humanos, tantas cosas que agobian a la población en general, y aun así, el cinismo presidencial no conoce límites y nos envía a ser felices, ¡que descaro!.
Quitarse el miedo no va a hacer que a la gente le caiga el pan a la mesa, tanta demagogia no va a hacer que los menos necesitados cuenten con recursos para mejorar su calidad de vida, quitarse el miedo no va a arreglar la problemática del fondo de pensiones actual, dejar el temor no va a hacer que la inseguridad baje, que el sistema burocrático mejore y tantas otras cosas más que están mal en Costa Rica.
“(…) no tengamos miedo ni del presente ni del futuro (…)” ¿y cómo no tenerlo? Don Luis Guillermo, permítame con todo respeto recordarle que del presente se construye el futuro, y el presente no es nada bueno en Costa Rica, ni en su gestión, y por ende, el miedo cerce el sentimiento que el futuro no sea muy alentador para nadie.
Señor Presidente: ese discurso representa un fallo más de su administración, Costa Rica será feliz cuando usted se ocupe en trabajar y dejar de tomarse fotografías, le recuerdo que se acabó su campaña electoral hace mucho tiempo y que ya la carroza de la alegría del PAC no existe, haga su trabajo, ese para el cual este pueblo lo escogió y le paga un salario mensual y le heredará una pensión multimillonaria al finalizar su gobierno, solo así seremos felices algún día.
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