Alguna vez me pregunté cómo habrá sido vivir en la historia. En aquellos momentos que crean un antes y un después, no de cosas banales como un nuevo plan fiscal, que, aunque determinantes no se tatúan en la mente del colectivo. Sino en aquellos raros momentos que cambian todo: La caída de Constantinopla, el hundimiento del Titanic, las guerras mundiales o más pa este lado, las Garantías Sociales, la Independencia, o la Revolución del 48, La Guerra contra los Filibusteros…
Y pensé que tal vez esos momentos ya no ocurrirían, por supuesto habría grandes cosas y grandes cambios. Esperaba ver la conquista de Marte como algunos vieron la llegada a la Luna, esperaba la cura del cáncer, la corrección y reversión del cambio climático, la paz en medio oriente y otras cosas lindas a las que ponerles una estampita de carita feliz. Pero llegué a pensar que se había logrado cierto punto notable de estabilidad y que mi Costa Rica bella era un lugar seguro, imbatible.
Y luego llega el segundo Gobierno del PAC.
Podría despotricar nuevamente sobre como el PAC no ha ganado ninguna de sus dos elecciones y como se encontró la primera cuando Johnny Araya abandonó la carrera y la segunda después cuando un fanático religioso nos pegó el que hasta 2018 había sido el peor susto desde los penales contra Holanda.
…Cuando la maldad y la estupidez piden los votos es mejor votar por la maldad. La estupidez, aunque bien intencionada es caótica e irracional y va a encontrar la manera de hacerse y hacernos daño una y otra y otra vez. Y lo peor de todo es que lo hará llena de buenas intenciones. La estupidez está tan llena de sí misma que considera que las ideas se generan en el vacío, que llegan a ella por derecho o por la gracia de ser. La maldad, aunque indeseable al menos debe de sentarse a planear, a medir, a pensar…
Y hoy aquí invoco a las musas del sarcasmo para que guíen mis palabras y extienda mis agradecimientos y admiración a don Carlos Alvarado y a su distinguido equipo de contradicciones y ministros inventados. Don Carlos en lo único que había acertado había sido en huir y evitar a la prensa a toda costa…
Siento que la pandemia cayó de perlas para distraer acerca de la idea criminal de la UPAD de la cual acusan todos -incluso Rodolfo Piza- salió directa e inconfundiblemente de Carlos Alvarado. Si semejante acto cobarde, corrupto, ilegal e inmoral no demuestra ya de por sí el más total de los desprecios por aquellos pobres que nos vimos obligados a votar por él. Se permite pavonear ideas apocalípticas de nuevos impuestos que son, en un país cada vez más inseguro, el más cruel de los robos.
Porque se permite robar la paz y la tranquilidad, las alegrías y felicidades de las familias costarricenses, permitiéndose poner su nombre y firma detrás de la idea de cobrar por cada transacción bancaria, o casi peor aún tasar 3 veces los impuestos a la propiedad privada al punto de hacerla impagable. Llevando a la nacionalización tácita de la propiedad privada. Con una estrategia que Lenin, Stalin, Chávez y Maduro se levantan a aplaudir.
Y luego levanta vuelo nuevamente en helicóptero, quizás otro, quizás el mismo que uso para ir a Guanacaste. Esta vez en dirección a Puntarenas… Y ahí frente a la tumba de uno de los pocos mandatarios que gozan de buena memoria don Juanito Mora con una facilidad que solo la más profunda de las cegueras por ego pueden dar, se compara con el héroe nacional.
Don Juanito; dice la historia, enfrentó y organizó la resistencia de Costa Rica y de Centroamérica contra los filibusteros… Aquella fuerza invasora del Norte, que venía a vendernos, quizás esclavizarnos a convertirnos en ninguna otra cosa más que máquinas de enviar dinero al poderoso norte. (casual e irónicamente país donde el FMI tiene su sede)…
Ese día Alvarado se comparó en el contexto histórico correcto, pero del lado de la cancha equivocado. Carlos Alvarado es más William Walker que Juanito Mora. De los intereses extranjeros nos libró Juanito, a los intereses extranjeros venía William Walker a empeñarnos. Y empeñarnos en los intereses extranjeros es exactamente lo que hace Alvarado, deuda para pagar deuda y los intereses de deudas viejas… Deuda eterna que “aquel que NO ha pateado la bola” le heredará a los pobres desgraciados que tengan la valentía o desgracia de presidir sobre esta patria en 2022 que Alvarado y su equipo económico hipotecan.
Y sale el domingo, derrotado, asustado y solo, buscando mesón. Siguiendo en su papel interno de héroe que solo la ignorancia más profunda da y dice: ¡Bueno, ya no, eran bromas, no seguimos con esa propuesta! Propuesta ¡QUE METIÓ POR ERROR EL TREN ELÉCTRICO A 25 AÑOS! Y se vanagloria y regodea en recortar gasto público como si fuera heroico cerrar la herida que nos desangra.
Y en su equipo quien llamaba a bloquear calles y organizar manifestaciones, pide ahora libre tránsito. Y si las manifestaciones y bloqueos están hiriendo nuestras empeñadas economías. Pero ha sido él y el PAC aquel partido puso una moción en contra por cada marca de carro para no permitir la reducción del marchamo… Quienes han puesto a los vecinos a pelear.
Enviando policías cansados y desgastados de cuidar la frontera en pandemia a ser carne de cañón y levantar bloqueos y a ser golpeados. A oficiales de tránsito a quitar placas de legiones de 2 o 4 oficiales contra una centena de manifestantes.
Y esta vez a pesar del acto de contrición del domingo la gente vio detrás y encontró el maquillaje del guasón.
Don Carlos felicidades ha hecho historia. Sin embargo, ira al archivero de William Walker, no a las paredes de Juanito Mora. Dichosa la época y la visión de algunos valientes que hicieron de los fusilamientos cosas del pasado, pero el domingo usted mismo caminó frente al batallón y gritó fuego. Su historia quedará por siempre asociada a la peor crisis y mala administración que Costa Rica ha vivido.
Pero siempre hay tiempo para hacer historia y una mejor historia. Renunciar siempre es una opción. Retírese como ningún otro ha hecho, ni ha debido hacer. Salve del paredón de fusilamiento de los museos de 2040 el apellido que llevaran sus nietos y quizás ellos puedan levantar la cara.
Aquí no habrá golpe de estado, aquí no debería correr sangre, aquí somos civilizados, ecológicos, patrióticos, valientes e inteligentes. Corría 2018 cuando alguien de infame memoria dijo
“El primer acto de corrupción es aceptar un cargo público para el que no se está preparado.” Anónimo
Y quizás lo interrumpieron porque parecía que la cita seguía.
“Y el segundo y peor acto es permanecer en ese puesto.” El Pueblo de Costa Rica
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