Pareciera que La Cruz es el cantón con el mayor abstencionismo del país, el 58% de los y las cruceñas no ejercieron su derecho a elegir a quienes nos gobernarán los próximos 4 años, que pasó en este cantón y en las demás zonas fronterizas y costeras del país, particularmente La Cruz tiene las dos condiciones, fronterizo y costero, detrás de este triste 58% de abstencionismo, existe un análisis profundo que debe realizarse.
La Cruz ha perdido la ilusión y la esperanza, cada 4 años llegan candidatos a diputados y a la presidencia a ilusionar este pueblo, para no regresar hasta la siguiente campaña electoral, la inversión estatal no llega, aquí faltan acueductos, electricidad, EBAIS, hospital, hay centros educativos que se caen, la infraestructura deportiva y comunal es precaria, el desempleo y la inseguridad es alarmante, el alumbrado público prácticamente ya no existe, en el año 94 nos declararon un refugio de vida silvestre de 2 km de ancho a lo largo de casi 70 km de frontera, donde vivían y siguen viviendo cientos de familias humildes, los condenaron a la pobreza y les terminaron de quitar lo poco que tenían, que de por sí ya eran familias que habían sufrido directamente las consecuencias nefastas de la revolución sandinista en los años 70 y luego la guerra de los “Contras” o Resistencia Nicaragüense en la década de los 80, el cantón vivió en nuestra zona fronteriza una guerra que no era nuestra, igualmente la historia nos puso de protagonistas en la construcción de la actual democracia de este país, para que los y las costarricenses tengamos la oportunidad de votar, en La Cruz se derramo sangre en 1856 en la Batalla de Santa Rosa, en 1919 durante la Revolución del Sapoá y la Batalla del Ariete, en la Contrarrevolución del 48 y en la última guerra civil de Costa Rica conocida como la Invasión del 55.
El centralismo del Estado costarricense se olvidó de La Cruz, la historia nos puso a defender nuestra Patria de filibusteros, invasores y del dictador Federico Tinoco, muchos cruceños ofrendaron sus vidas, nos desaparecieron El Amo, Puerto Soley y parte de La Cruz, despojaron de lo poco que tenían a las humildes familias cruceñas, en pago a la relevancia histórica de este territorio, solo vemos pasar los miles de millones de colones en impuestos que genera por año el más importante puesto fronterizo terrestre del país, además miles de hectáreas que representan más del 50% del territorio del catorceavo cantón más grande del país, están declaradas como áreas protegidas, que si bien, son parte de nuestro orgullo, el país y el mundo no nos compensan el contar con este Patrimonio Natural de la Humanidad, que en el pasado eran haciendas y fincas que fueron fundamentales para el crecimiento del cantón y que podrían aportar muchísimos tributos al Gobierno Local para atender las necesidades de un territorio olvidado por quienes nos han gobernado o bien en la generación de empleo y producción para nuestra gente.
La esperanza e ilusión de sentirnos representados ejerciendo el voto en las elecciones nacionales, se ha venido disipando, el centralismo estatal nos tiene en el olvido y miseria, no es cierto que los cruceños no crean en el derecho constitucional del voto, basta con analizar las elecciones municipales del 2020, La Cruz fue el onceavo cantón del país con mayor participación, en este extenso territorio, donde los votantes muchas veces recorren largas distancias para cumplir con su obligación electoral, se vivió una verdadera fiesta democrática, porque cuando el centralismo estatal es tu enemigo, la única esperanza es lo municipal.
Aquí no hay abstencionismo, aquí hemos tenido abandono, la esperanza en el Estado se está esfumando, la ilusión de muchos cruceños para recorrer a pie, a caballo o en carros las largas distancias para llegar a los centros electorales, algunos en condiciones de abandono como los centros de votación de El Porvenir, Armenia, Belice, Los Palmares, La Virgen, Los Andes, muchos de estos vecinos sin agua potable, sin electricidad, sin seguridad, sin salud, sin empleo, sin caminos, sin educación, sin deporte y sin Estado; qué los puede motivar, cuando han sido utilizados, como exigirles que salgan a votar, cuando muchos tuvieron que ir desde las 4 o 5 de la mañana el pasado domingo 06 de febrero a ordeñar sus vacas o arrancar sus frijoles como todos los días, en un país que desde hace mucho les dio la espalda.
Aquí no hay abstencionismo, la campaña electoral a muchos costarricenses los emociona porque tuvieron la oportunidad de vivir la fiesta electoral en redes sociales y con intensos debates, aquí muchísimos cruceños no tienen acceso a internet o por lo menos electricidad, como votar cuando no podes informarte como gran parte del resto del país.
Hace mucho nos dieron la espalda, haciendo honor a la frase de Francisco Orlich: “el que con aviesa intención invade Costa Rica de Santa Rosa no pasa”, pareciera que hasta ahí llega Costa Rica, para el resto del país es una frase célebre, siendo esto los límites de nuestro cantón, es una afrenta para los y las cruceñas, la Patria somos todos y pareciera la historia nos condena, acaso nunca importó el dolor y la sangre del pueblo cruceño invadido, porque para Costa Rica, lo importante era que no pasaran de Santa Rosa, siendo así tendrá alguna relevancia el voto de un pueblo olvidado.
Aquí no hay abstencionismo, lo que hay es desilusión y desconfianza en un Estado que olvido los territorios fronterizos y costeros, en un Estado totalmente centralista, que nos ve de lejos y para el que nunca hemos sido una prioridad, es evidente que le han dado la espalda a los y las cruceñas, en una Costa Rica desigual, aquí son muchos los que sufren la falta de condiciones, oportunidades y servicios dignos, aquí Costa Rica no es tan rica, aquí no hay abstencionismo ,lo que hay es falta de fuerzas para salir a votar, lo que hay es miseria, hambre, desempleo, inseguridad y ausencia de servicios dignos, el camino es largo aún, pero soñamos con un cantón justo, para eso trabajamos, para que podamos tener a todos nuestros vecinos en condiciones similares, que no haya excusas para que todos puedan participar plenamente de la fiesta electoral, aunque pareciera que caminamos solos en este sueño, el futuro será justo y nos dará la oportunidad para que este pueblo vuelva a creer y confiar en que su voto vale y es necesario para tener un mejor país, donde por fin podamos decir que también somos parte de una Patria justa.
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