Por Luigi Rebecchi Pannelli
Los que emigran de su país y tratan por todos los medios de ingresar a los EE UU, son seres humanos pobres y en la mayoría honestos, que con el trabajo quieren ganarse el sustento de ellos y de sus familias: “¿Por qué son tachados de ilegales?”, porque en los Estados Unidos de América rige una cantidad de leyes hechas adrede para dificultar la inmigración, razón por la cual los mismos interesados no pueden cumplir con los requisitos.
Otra versión, muy distinta es la ilegalidad de los que violan, roban, asaltan y matan a sus semejantes, quienes sin excepción; en todo el mundo son delincuentes y deberían estar en las cárceles, por tanto; cae por su propio peso, sea quien fuere el mandatario, el hecho de no querer este tipo de maleantes en su nación y por ende tomar las medidas pertinentes.
En la tierra del TÍO SAM hay millones de indocumentados, quienes no son delincuentes, que de un momento a otro pueden ser deportados, la pregunta de la decencia y del derecho humano tan cacareado, surge sola: “¿Por qué a esta gente, que coopera con creces al desarrollo del gran país, no se le otorga una pinche permanencia legal?”