La noticia de que 8 altos jerarcas del Gobierno han cobrado sobresueldos en 189 millones de colones, sin merecerlos causa estupor, desconcierto y molestia.
Sin duda cada uno de ellos conocía con claridad su situación profesional, su vinculación o no a un Colegio Gremial, y si la ley les amparaba en la prohibición alegada o no.
No obstante lo anterior tomaron el erario público por asalto, violando no solo las disposiciones del Servicio Civil y los requisitos , que establece la ley en la materia, para gozar de los privilegios disfrutados salarialmente sin corresponderles, sino que ahora actúan en colectivo, protegiéndose unos a otros y todos entre sí, con argumentos espúreos e inválidos, frente al reproche general y el natural clamor de la ciudadanía , y –además – con un Gobierno haciendo mutis, para no enfrentar responsabilidades en el tema planteado y un Presidente de la República, minimizando los hechos y señalando que todo esto “ no es corrupción“.
Quienes así han actuado lo han hecho, sin colegiaturas, algunos sin título profesional, y a sabiendas todos y cada uno, de lo que sucedía con su propia situación.
Además de aquello han violado la Ley contra la Corrupción y el Enriquecimiento ilícito en la Función Pública, promulgada desde hace tres Gobiernos, e ignorando la composición de sus salarios, que cualquiera la sabe, porque cada quien se conoce asimismo y además en cada Despacho se cuenta con personal técnico que debió explicarles con claridad todo lo relativo a sus respectivos ingresos salariales y las prohibiciones que les atañían.
Algunos de estos jerarcas incluso han alegado ignorancia de las disposiciones, y de la ley, siendo que juraron cumplir la Constitución, y en ella está contemplado que no debe alegarse tal ignorancia. En síntesis una conducta colectiva de funcionarios públicos al más alto nivel, totalmente vergonzosa.
La Procuraduría de la ética y anticorrupción, en la Función Pública, debiera de entrar sin contemplaciones a rectificar éste mal rumbo, y quienes estamos aspirando a posiciones públicas comprometernos ante el pueblo costarricense, a que si llegamos a ocuparlas con la bendición y el beneplácito de aquel, no transgrediremos los sagrados mandatos de la ley.
Este servidor por sus valores y sus principios así lo promete y lo compromete. NO MÁS CORRUPCIÓN EN LA FUNCIÓN PÚBLICA.
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