El Partido Liberación Nacional atraviesa uno de sus peores momentos. Su supervivencia pasa por un análisis profundo más allá de la interpretación de los resultados numéricos de la última campaña. Son varias las reflexiones que como conglomerado político debe dar respecto a su organización, misión e ideales, con miras a evitar un fatal desenlace.
El fin de los “ismos”. Lo primero, una verdadera renovación del partido amerita poner fin a los cacicazgos que por años han monopolizado la toma de decisiones en el partido. Es momento de una emancipación de aquellos que nos anclan al pasado, para abrir paso a quienes liderarán el partido y la Costa Rica del futuro.
Deshacer las estructuras ultraconservadoras. Liberación Nacional como partido socialdemócrata, ha sido siempre agente promotor de los cambios sociales a lo largo de su historia, nunca defensor del status quo de los poderes establecidos. El PLN debe ser aquella fuerza transformadora disruptiva y moderna en favor del oprimido, protectora del menos favorecido y partidaria de aquel ser humano al que le falten sus derechos.
Más democracia. Es imperante una adecuada revisión de la institucionalidad partidaria, por una que propicie espacios de control político a lo interno del partido, un adecuado balance de poder entre quienes aspiran a una candidatura presidencial y las bases territoriales, así como una mayor apertura y escucha activa a los sectores sociales y gremiales de la Costa Rica contemporánea.
Acabar con la plutocracia partidaria. Reinventar la institucionalidad partidaria y su democratización repercutirá en el devenir de los procesos internos, que actualmente destacan por campañas internas millonarias, que reducen la posibilidad de participación a solo aquellos quienes cuenten con el respaldo de los grandes capitales.
La deuda política debe dejar de ser únicamente para la parafernalia electoral, y volver a sus orígenes: mecanismos que garanticen la formación de cuadros políticos y la participación democrática en igualdad de condiciones en las contiendas electorales.
Innovar las formas de hacer política. Es más que evidente que la política ya no es la misma de antes. La agrupación no se mueve a la velocidad que los tiempos se lo exigen. Es ahí cuando la creatividad y la implementación de soluciones tecnológicas se vuelven indispensables, en función de democratizar las posiciones partidarias y aumentar el diálogo constante con las bases del partido, que lo exigen desde hace mucho. Es impostergable por ejemplo, la participación activa de los militantes a través de consultas virtuales sobre los temas nacionales. Atreverse a ser y hacer las cosas diferentes de como anteriormente se han hecho. La creatividad es ilimitada y esta puede favorecer la manera de comunicar y de acercarnos a una Costa Rica cada vez más cambiante y reacia a la participación política.
Imperante revitalización del ICARF. El Instituto de Capacitación Política Rodrigo Facio, debe convertirse en una incubadora de pensamiento y educación política. No solo como el espacio para la capacitación de nuevos liderazgos, sino también como aquel órgano encargado de estudiar constantemente los comportamientos del electorado, vislumbrar sus preferencias e interpretar sus aspiraciones, para alimentar la toma de decisiones por parte de las autoridades partidarias y la fracción legislativa.
Más democracia, vitalidad, creatividad e innovación son urgentes. La agrupación está obligada a actuar con prontitud si quiere permanecer con vida. Como el gran astro que desciende y desaparece en el ocaso, el Partido Liberación Nacional debe resurgir con más fuerza al siguiente día. Fuimos el partido del Siglo XX en Costa Rica, apuntemos a ser el partido del Siglo XXI.
Autores
Salvador Padilla Villanueva
Manfred Rivera Redondo
Randall Chacón Molina
Nancy Solano Avendaño
Ronald Brenes Arce
Melissa Vallejos Villanueva
Silvia Alvarado Martínez
Germán Trejos Alfaro
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