El sicariato está tristemente de “moda” en Costa Rica y en la mayoría de los casos los asesinos usan motocicletas; que es el medio más rápido y más fácil de ejecutar y por ende escapar. También son éstas, más usadas que los autos en línea general.
Combatir y eliminar este flagelo nos convierte en santos inocentes, porque el narcotráfico está carcomiendo la sociedad costarricense desde hace bastante tiempo. Lo peor es que está destruyendo a nuestra juventud y niñez.
En el mejor de los casos opinamos, que para prevenir y disminuir los asesinatos, se debe poner más control en el registro de las placas de las motocicletas, porque poner el número de placas en los chalecos duerme el sueño de los justos, entonces reiteramos, que una posible solución; es un mejor y más estricto control de las propiedades y su dueños pese a todas las estafas del caso que se pueden dar.
Además; se debe recordar que el narcotráfico, no sólo utiliza el sicariato para cobrar deudas o eliminar la competencia, sino también que trata de penetrar las estructuras del Estado con la finalidad de lograr poder e impunidad y desestabilizar la sociedad de bien.
Aún estamos a tiempo de frenar este flagelo, por tanto la parte policial represiva, así como la judicial deben actuar decididamente; lógicamente con el apoyo de la sociedad en cuanto a la denuncia. Asimismo; continuar con la parte preventiva, informativa y formativa en todos los centros educativos, así como la rehabilitación de las personas que sufren esta dependencia y que deseen hacerlo; ya que este es el primer paso para lograr éxito en la rehabilitación de adicciones.
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