En 1995, la Organización de las Naciones Unidas, estableció cada primer sábado de julio la celebración del Día Internacional de las Cooperativas.
Para este año la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) definió como lema: «Reconstruir mejor juntos»; generando un llamado al movimiento cooperativo a la acción y a la solidaridad en momentos donde el mundo pasa unas de sus peores crisis sanitaria, económica, social y política de las últimas décadas.
Hoy el cooperativismo está llamado a contribuir, en conjunto, en procura de una economía más equilibrada, basada en un sistema económico plural, sustentado en el sector privado tradicional, el sector público y la economía social, autoreconociéndose como una fuerza transformadora de la sociedad en el camino hacia la creación de oportunidades, reactivación económica, lucha contra la pobreza y desigualdad, y generación de empleos.
Costa Rica cuenta con más de 600 empresas cooperativas que forman parte del gran parque empresarial del país, contribuyendo a la actividad económica, la producción de insumos perecederos y servicios el consumo responsable y solidario, además de establecer formas de ahorro y préstamo que nos llevan a practicar la solidaridad, la ayuda mutua, la igualdad y sobre todo a ejercer la libertad en todos sus aspectos.
Las cooperativas están llamadas a la innovación y a la creación, no solo de nuevos roles y productos, sino también a reestructurarse desde sus gobernanzas y gobiernos corporativos para transformase en un “Cooperativismo 4.0”, en sus dimensiones empresarial, económica, participativa y social.
También se necesita la creación de nuevos instrumentos financieros adecuados al ciclo productivo y acompañados de capacitación y asistencia técnica, que lleve a los nuevos negocios cooperativos a poder competir en los mercados.
Se debe impulsar a las cooperativas y a otras organizaciones de empresas asociativas a un nuevo pacto social que involucra al Estado, mercados y comunidades a escala local y mundial, potenciando la solidaridad sostenible, la educación de calidad, encadenamientos productivos, consumo de lo nuestro, lucha y mitigación del cambio climático, derecho a la salud universal y a la seguridad alimentaria nutricional para implementar la transición hacia una economía justa, social y solidaria.
Las cooperativas son importantes para mejorar las condiciones de vida y trabajo de mujeres y hombres, además que contribuyen al suministro de plataformas asociativas en infraestructura y servicios esenciales, incluso donde la institucionalidad, políticas públicas y otras empresas no llegan; favoreciendo una economía más equitativa y democrática, en la cual las personas están en el centro del quehacer productivo, promoviendo la inclusión, desarrollo económico, justicia social y trabajo decente.
Este 3 de junio, debemos reflexionar sobre el rol del movimiento cooperativo durante y después de la pandemia; nos convoca a todos a analizar el modelo de generación de la riqueza previo a esta situación y sobre la imperiosa necesidad de que las empresas de la economía social solidaria lideren la reconstrucción de una Costa Rica más justa, más inclusiva y más participativa.
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