Recientemente la diputada María Vita Monge emitió un criterio desinformado sobre la Iglesia Católica, exoneraciones fiscales y por defecto trajo a la palestra un tema agotado con tintes de populismo anticlerical. Declaraciones que desconocen la realidad filosófica, económica y jurídica de la Iglesia Católica en nuestro país.
Muchos templos católicos son patrimonio histórico-arquitectónico con base en la Ley 7555 y dan identidad a las comunidades de nuestro país. La Iglesia mantiene más de cincuenta de estos templos los cuales se encuentran en buenas condiciones gracias además a las donaciones de los feligreses. Los templos son obras de arte en sí mismos y albergan el acervo de la arquitectura, escultura y pintura donada como acto de fe a través de los siglos. Este patrimonio no se puede reducir a simples bienes comerciales, sino que representan la dimensión social, comunitaria y espiritual del fenómeno religioso.
¿Representa la propuesta de la diputada Monge a los socialcristianos? El socialcristianismo es humanista y por ende considera a la solidaridad con el prójimo como uno de sus pilares fundamentales. Podemos mencionar la acción social que hacen los católicos, en su alcance muchas veces más cercana que las del Estado, por ejemplo, la labor de Obras del Espíritu Santo. No obstante, todas las congregaciones católicas realizan acción social.
La idea de la diputada María Vita Monge que la iglesia pague impuestos es incorrecta desde varias perspectivas. La Iglesia no es una empresa donde se venden cosas para adquirir ganancias que generen la obligación de tributar, no es una institución con fines de lucro.
No puede imponerse un impuesto específico a la religión. Además, derogar las exoneraciones existentes en nuestro sistema tributario para financiar la conservación de los templos y subvencionar centros educativos afectaría la acción social promovida por las congregaciones católicas del país.
Las parroquias organizan turnos con bingos y ventas de comida para buscar financiamiento y así cumplir con sus objetivos, también las misiones y apostolados que hacen personas de buena fe para ayudar a quienes están en situación de calle, a comunidades en pobreza, o a pequeños productores para que puedan vender sus productos.
La administración de cada una de las parroquias y su funcionamiento corresponde al cura, quien lleva las finanzas de cada templo, muchos sacerdotes en el seminario llevan contabilidad, ya que ellos son los responsables de hacer el plan financiero de su parroquia que debe ser autosuficiente.
Desde la Iglesia, entendida como comunidad, se desarrolla una amplia labor a través de congregaciones que administran centros de educación que han demostrado tener excelente desempeño y calidad formativa a lo largo de los años. Estos centros de educación cuentan con programas de becas, algunos subvencionados por el MEP y fondos privados.
Establecer impuestos a programas de acción social y voluntariado denota un sentimiento completamente anti socialcristiano, los aportes de la Iglesia Católica al país son palpables y son realizados todos los días por personas con fe y convicción.
La propuesta de la diputada Monge denota sus posiciones laicistas y se suma a la de quienes consideran incómoda la existencia de un ente como la Iglesia Católica que promueve abiertamente sus principios y por ende resulta incómoda para ciertos grupos ideológicamente contrarios a los valores cristianos.
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