Parece más bien un juego de palabras. La Tercera República, se planea y se crean de inmediato las nuevas instituciones, nuevas leyes y reglamentos y todo lo demás o, solo se anuncia lograr su fundación ? Ya tuvimos la Segunda República. Fue un éxito. Se crearon de inmediato nuevas instituciones, leyes y reglamentos y todo lo demás. Pero está claro que desde hace muchos años necesitamos muchas mejoras, sobre todo en eficiencia, en los tres Poderes de la República. No es suficiente solo unos pocos parches y otros pocos remiendos de parte de los tres Poderes, en cada cambio de gobierno.
También se nos dijo en la campaña política anterior que podíamos ser la Singapur de América. Excelente idea. Aunque la verdad, las mejoras que necesitamos, son más que todo de eficiencia. Está difícil el asunto, máxime que ya hemos visto que la modalidad de emitir decretos, por parte de este Ejecutivo, no ha funcionado. Tal vez pueda funcionar en este último año que queda de este gobierno de turno esa modalidad de los decretos, pero con mayor y mejor asesoramiento hasta de constitucionalistas. Porque ya hemos visto que ni los intentos de referendos han podido pasar ni siquiera el primer filtro que es la Sala IV.
Está claro que sí, si podemos subir a las grandes ligas de los países más desarrollados. Inclusive a nuestro estilo, a la tica, con nuestra democracia del pura vida. En realidad, solo necesitamos conseguir pocas cosas: Ocupamos que el TSE por fin. lleve a cabo mejoras en todos los procesos electorales de nuestro país. Es necesario bajar el abstencionismo, pero eso solo va a ocurrir, si los costarricenses vemos cambios positivos en la forma de escoger a todos los candidatos a puestos públicos. Que se implementen también más y mejores controles y sanciones a los partidos y a los candidatos que incumplan los más y mejores requisitos que deben exigirse. No es suficiente seguir garantizando solo el recuento de los cada vez menos votos.
De la Sala IV ocupamos que actualice y mejore la redacción e interpretación única de todo el articulado de la Constitución vigente y de nuestras leyes en general. Tampoco es necesaria otra Constitución Política. Para que por fin, los beneficiados sean toda Costa Rica y todos los costarricenses. Y finalmente, que cada institución pública haga todo lo que se supone tiene que hacer: que la Contraloría controle, que la Defensoría nos defienda, que la CCSS atienda a todos los que aún seguimos vivos, o sea, no más listas de espera. En fin, que cada institución pública haga su parte, de la mejor manera posible, para llegar pronto a las grandes ligas, para beneficio de todos los costarricenses.