Muchas son las causas que perjudican a los pequeños y medianos productores agropecuarios de Costa Rica: cambio climático, sin crédito, poca tecnología, degradación de suelos, deforestación, pero la más grave es el poco apoyo del gobierno. Es que a los gobernantes de turno les queda muy bonita la excusa que la agricultura familiar nada tiene que ver con el desarrollo económico, pero sobre todo copian y aplican al pie de la letra lo que los países desarrollados les dicen, por ejemplo, que la agricultura es dañina para los ecosistemas. Los europeos dicen que su agricultura es verde y sostenible, pero si se analiza el conjunto del sistema o la cadena de producción no es así. Ellos contribuyen a la deforestación de Latinoamérica. No olvidemos que Europa está importando gran cantidad de materias primas que están vinculadas con la deforestación. Según la organización brasileña no gubernamental IMAZON, la deforestación en la Amazonía ha aumentado un 54%. La mayor producción de soja, el principal alimento de la ganadería europea por su alto contenido en proteína, es una de las principales razones de este fenómeno. Según datos de la Comisión Europea, la UE importa unos 14 millones de toneladas de granos de soja al año con los que fabrica el pienso para sus animales. Y es que no solo Brasil exporta soya, también otros países de Latinoamérica lo hacen. En cambio, en Costa Rica importamos la soja y el maíz cuando podríamos tener alternativas de sustitución para ahorrar divisas y crear desarrollo. Mientras el gobierno no cambio de actitud los agricultores costarricenses continuaran teniendo navidades tristes.
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