Discurso dado en Acto Cívico UACA, 2020
“La patria es espíritu, por lo que el ser de la patria se funda en un valor o en una acumulación de valores, con los que se enlaza a los hijos de un territorio en el suelo que habitan.”
Fue hace 199 años, en el año 1821 cuando empezamos a formar nuestra propia historia como costarricenses, y poder atribuir así un significado propio a nuestros valores, costumbres, sentimientos, idiosincrasia y a nuestro territorio.
Empezamos a sentir ese orgullo al cantar nuestro Himno Nacional, al ver izar nuestra Bandera o conocer de nuestros Símbolos Nacionales.
Decidimos independizarnos hace casi 200 años, una Independencia que vino a marcar nuestra libertad, su libertad y la libertad de los suyos.
Una Independencia que a través de los años hace, recuerda y cosecha historia, que nos destaca a nivel mundial como uno de los países que valientemente luchó por ser libre. Pero hoy, nuestra moderna Independencia GRITA LIBERTAD….
Así resuena en nuestra Patria ante las ataduras modernas que limitan nuestra libertad y que podrían poner en tela de duda la Independencia de la que gozamos, no territorialmente; sino humanamente hablando.
Estas ataduras se ven en distintas áreas; la primera: la pérdida de valores que incentiva por ejemplo el odio, la corrupción, el maltrato y la envidia y que contraría el génesis de nuestra Independencia.
Por eso, como adulto joven, como Director de Carrera de la UACA, pero ante todo como ser humano… invito a una reflexión profunda sobre los valores que nos deben caracterizar día tras día: El valor a la vida, a la familia, al estudio, al trabajo, a la solidaridad, al servicio, entre muchos otros valores donde quizá en los últimos años algunos de ellos se han visto amenazados, y que a su vez amenazan nuestra Independencia.
Otra atadura es la falta de espacios de convivencia pacífica que nos permitan vivir con una seguridad integral, por eso, nosotros como actores sociales debemos trabajar permanentemente para que vivíamos en espacios pacíficos, sea en la casa, en la calle, en la iglesia, la Universidad, en todo lugar en el que compartamos con las personas y podamos coexistir en ambientes de paz como un mandato de Dios.
También nuestra libertad se ha visto atada en los últimos tiempos ante la falta de respeto entre unos y otros, donde hemos perdido la empatía en algunos casos; sin embargo, en esta fecha de nuestra Independencia debemos luchar por ese respeto, por ese cariño y empatía entre unos y otros que nos permita sonreír ante quizá uno de los peores años de nuestra historia.
El espíritu de esa Independencia de hace 199 años debe fortalecerse en los hechos de nuestra actualidad y con ello romper todas esas ataduras que nos impiden ser libres en una moderna independencia.
Debemos luchar por esa libertad sincera, por esa paz, por ese amor, por ese respeto a Dios, a la vida, a los valores, al estudio, al trabajo y a un ambiente sano y seguro de convivencia.
Nuestra moderna celebración de la independencia no implica sólo una separación territorial, sino que implica un país libre pero con una libertad justa, una democracia que opera de acuerdo a los principios y valores del ser costarricense y que reafirma el compromiso adquirido hace 199 años.
Como costarricenses, no debemos tener miedo y que la responsabilidad que nos caracteriza pueda ser ejemplo para todos los demás, donde haya una solidaridad de cuidarnos y cuidar a los demás pero cuidar también nuestra querida Costa Rica.
Son estos tiempos de celebración muy distintos, pero que nos plantean un reto grandioso: defender nuestra Costa Rica, defender nuestra Patria y fortalecer el país por el que siempre hemos luchado, el país que siempre hemos defendido.
VIVA COSTA RICA…
VIVA LA EDUCACIÓN…
VIVA LA INDEPENDENCIA…
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