Retroceder en el tiempo y recordar lo que sucedía hace cinco siglos en Europa particularmente en Francia, es de singular interés para valorar una especie que ha estado presente en todas partes del mundo y que existe desde la creación hasta nuestros días. En Costa Rica por su parte -el cáñamo- se le conoce hace unos 520 años desde la llegada de Colón a nuestras costas, la que era usada para la elaboración de cuerdas para mástiles en las embarcaciones y la simiente como alimento para la tripulación. Algunos cronistas señalan que la marihuana ya existía en el continente proveniente del norte específicamente de México, hierba que era conocida en rituales donde fumaban ‘la pipa de la paz’ para dirimir sus conflictos.
Para ser exactos, retrocedamos cuatrocientos ochenta y ocho años en la historia para así poder constatar que su uso era común, como lo es hoy en día en muchos rincones del planeta. El encargado de recopilar dicha información es el cáustico escritor francés François Rabelais en su obra ‘Gargantúa y Pantagruel’ en el año 1532 quien nos deja una detallada información sobre la misma.
Señala Rabelais que “…la hierba tiene raíz pequeña, dura, redonda, terminada en punta obtusa, blanca con algunos filamentos, y no profundiza en la tierra más de un codo. De la raíz sale un tallo redondo, feruláceo, verde por fuera, blanco por dentro, cóncavo como las habas y la genciana, leñoso, derecho y frágil, un poco dentado, en forma de columna ligeramente estriada, lleno de fibras en la que consiste gran parte de su utilidad. Antiguamente, los griegos hacían ciertas especies de golosinas, tartas y bizcochos que tomaban como postre en las comidas y para encontrar mejor el vino…” como parte de las propiedades placenteras del cannabis.
El jugo de esta planta aplicado a los oídos, mata todos los gusanos que en él hayan nacido… este mismo jugo en un cubo de agua es un buen remedio para los equinos que padecen cólicos. Sin esta planta, las cocinas serían infames: las mesas detestables, aun cuando estuviesen cubiertas de viandas exquisitas; los lechos sin delicias aun cuando en ellos hubiese abundancia de oro, plata , marfil y pórfido..” señala el autor.
Hoy en día a Costa Rica le llegó el tiempo a un Proyecto de Ley que regulará el consumo, la industria y comercialización de cannabis y que hace fila en la corriente legislativa para su discusión final. Lo cierto es que esta misma planta que ha sido satanizada, estereotipada por sus múltiples usos y sus lúdicos beneficios, vino para quedarse. Harto conocidas son las propiedades medicinales del cannabis entre otras, esclerosis múltiples, mal de Párkinson, psoriasis, anorexia, insomnio, controla las náuseas y vómitos provocados por la quimioterapia en tratamientos de cáncer, y controla situaciones de estrés entre otras dolencias.
Vale señalar que la industria del cannabis en el año 2020 ha producido ingresos en Uruguay por $45 millones de dólares, en Italia $47.8, en Alemania $87.2, en Canadá $5.500 y en Estados Unidos $10.000 millones de dólares, para un total aproximado de $150.000 millones de dólares por año, cifra que va en aumento año con año.
No debemos olvidar la moralina en muchos legisladores del país, responsables de distorsionar sus usos y beneficios y opuestos a la legalización de la marihuana, actitudes pueriles que a pesar de su oposición, no podrán borrar más de 500 años de uso y consumo del cannabis en América.
Afortunadamente no todos los diputados de la Asamblea se han convertido en piedra de tropiezo para dicho Proyecto, sino que con base científica y respetados estudios económicos han decidido darle luz verde a la legalización.
De acuerdo con Giadha Aguirre de Carcer, directora ejecutiva de New Frontier Data, “la industria legal del cannabis se ha vuelto verdaderamente global. Incluso, frente a una prohibición generalizada, el consumo de cannabis crece y las actitudes y las percepciones desafiantes sobre el consumidor típico continúan cambiando. Esta evolución social y cultural, según la experta fundadora de la agencia de datos, “ha creado un mercado global con un enorme potencial para las partes interesadas en docenas de sectores más allá de los tradicionales de producción de plantas”.
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