La inmoralidad de nuestros políticos

MBA Dionisio Rojas González*

Por más que le dediquemos horas de discusión a los problemas económicos de Costa Rica, su raíz sigue siendo estrictamente moral. En este ámbito se debaten desde hace tiempo dos tipos de teorías: consecuencialistas y deontológicas. Bajo la primera teoría, no importa la motivación de un determinado acto sino sus resultados. El utilitarismo enfatiza el provecho de ese resultado, medido como la mayor felicidad para el mayor número de individuos. Bajo la segunda teoría, claramente asociada con la figura de la filosofía Kant, lo que vale es la intención, la buena voluntad expresada en una determinada acción. La cual cada año la vemos en los discursos políticos de los diferentes actores… los que buscan un puesto en la asamblea legislativa como el busca el mayor privilegio la presidencia de nuestro país.

Desde que los políticos ticos comenzaron a guiar sus acciones según el criterio de la “justicia social”, asumieron —o creyeron o quisieron hacer creer— que se basaban en el principio ético utilitarista: su tarea era buscar la mayor felicidad para el mayor número y ellos mismos serían los encargados de determinar cómo alcanzar esa felicidad. Así se dieron a la tarea de redistribuir y promover la felicidad.

No obstante, al poco tiempo vimos que ni siquiera ese principio ético era aplicado, ya que el objetivo dejó de ser “la mayor felicidad para el mayor número” y pasó a ser “la mayor felicidad para el menor número”, es decir, para los cercanos al poder. En tal sentido, desde la ética utilitarista, los políticos de nuestra Costa Rica perdieron su sustento moral.

Lo mismo podría decirse desde la óptica kantiana. El primer imperativo categórico establece que se debe actuar según la máxima que quisiéramos fuese una ley universal. El segundo imperativo plantea que debemos actuar tratando siempre a los demás como fines y no como medios. Nuestros políticos no cumplen con lo segundo, ya que utilizan a los votantes como medio para la satisfacción de sus propios fines. En cuanto al primero, la gran cantidad de privilegios que esos mismos políticos sancionan para sí mismos es clara demostración de acciones no generalizables.

Veamos algunos ejemplos: nuestros políticos, congresistas, diputados sancionan impuestos de cuyo pago ellos mismos se eximen, el estado limita su pago de resoluciones judiciales a los montos anuales que él mismo determine y una reciente resolución establece la regularización de los mismos.

Encontramos a nuestros políticos, que no pagan los impuestos de venta, renta, a la propiedad… buscan cualquier mecanismo que les permita no realizar el pago a el ESTADO de estos tributos… en años pasados leímos como funcionarios no realizan el pago adecuado de sus propiedades, utilizan el mecanismo de movilizar los dineros a paraísos fiscales donde no se le pague a nuestra Costa Rica lo que le corresponde. Por otro lado, nuestro político realiza el manejo de los activos del estado a su antojo, no es de extrañar que utilice un vehículo de gobierno para llevar a sus hijos a la escuela o colegio, poder por la noche salir a un restaurante o bar a estar con sus amigos o realizar visitas que no son de índole de su posición política.

De la misma forma vemos como realizan viajes porque me invito la diplomacia del país y o x, pero detrás de todo hay un gasto para el estado que el tiempo de este funcionario que se ha elegido para administrar un estado.

Nuestros políticos con sus discursos demagogos cada cuatro años nos dicen que han de erradicar la pobreza, el empleo y que veremos un mejor país… pero no deja de pasar unos meses y todo queda en el olvido. Administrar una nación no es fácil, se requiere de esfuerzo, entrega y de un equipo disciplinado de colaboradores que tengan establecidas cuales son las metas y objetivos a seguir, pero lo más importante es tener claridad que hoy el país pasa por un problema de moral.

Desde hace más de quince años han salido a relucir nombres de ex políticos donde se les cuestión su proceder en lo moral ya que aparentemente están envueltas en la inmoralidad de la corrupción, utilizaron su posición para dar concesiones a amigos, renunciar a una junta directiva por un puesto político y favorecer a esta con los bienes del ESTADO.

Es así como vemos por las investigaciones de nuestros periodistas que arriesgan su integridad para exponer estos casos en los noticieros nacionales y que en algunos casos salen en las noticias internacionales. Será la política se debate entre lo moral y lo inmoral y que al final siempre este último sale ganando.

Hoy nuestros políticos deben realizar una reflexión de sus acciones ya que cada día la credibilidad en ellos se pierde y para los que inician en este camino señores hay que poner de primero las bases de nuestros abuelos “Los Valores Morales” para poder caminar con la frente en alto, no ser señalado y menos estar de boca en boca.”

Se tienen dos justicias:

  1. la aplicada por nuestros tribunales de justicia, donde la Sala es una mujer con una balanza y vendada los ojos y no siempre el que tiene la razón ha de tener su favor.
  2. la que aplica la sociedad que no perdona y se habla en cada esquina, en un parque y que cada tiempo de elecciones ha de salir a relucir.

Paz a nuestros políticos y a buscar una forma de realizar una reflexión para una mejor Costa Rica.

* Director de Logística Integral & Instituto CEFOLO

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