La guerra más larga de Hispanoamérica y su influencia actual en Costa Rica: parte III

De las Leyendas negras al hackeo biológico de la naturaleza humana

La guerra más larga de Hispanoamérica lo ha sido contra un proceso ha sido una guerra contra un proceso humanizante, de globalización (que no globalismo), un proceso católico (tendiente a lo universal), centrado en la dignidad de todos por igual, y respetando las diferencias y la libertad, tal como se ha indagado en las entregas anteriores. Lamentablemente se ha documentado una interpretación de los hechos de la Conquista española como un proceso violento y no como la fusión de dos mundos.

Esta tergiversación tiene origen en una serie de leyendas negras surgidas al final del siglo XVI y principios del XVI, por motivos geopolíticos, aunque de fondo estaba la cuestión teológica. No parece quedársenos en la mente que alrededor de 1492 el dominio de España no era solo territorial y técnico, sino también cultural.

No en vano a ese siglo se le llamó el siglo de Oro cultural. De manera que protestantes y británicos, sumados a judíos que fueron justamente expulsados de España, difamaron su buen nombre y el de la Iglesia católica mediante la publicación masiva de panfletos impresos. Muchos sostienen que la Reforma protestante no se hubiera dado tan rápido sin esto (Iturralde, 2021).

Por otro lado, Bartolomé de las Casas, desde su activismo religioso, se cansa de acusar a los colonizadores de atrocidades contra los pueblos indígenas, pero nunca menciona quién comete el hecho ni dónde se ha cometido. Muchos sostienen que la Reforma protestante no se hubiera dado tan rápido sin esta conspiración contra Hispania, que fue la primera gran guerra psicológica a gran escala en la historia (Iturralde, 20021).

Lamentablemente pocas veces se va a las fuentes, casi nunca se recurre al contraste, siquiera existe cuestionamiento sobre posibles sesgos ideológicos. Si una versión se repite mucho, de muchas formas, y en muchos medios, se llega a creer. Pero la realidad es que ni el racismo, ni la esclavitud ni el genocidio que se ha venido asociando al papel histórico de España en América refleja en modo alguno lo que realmente sucedió, igual que no refleja la tan deseada libertad en sociedad.

Finalmente, si todo tipo de intelectuales de izquierda (o de la derecha economicista que no da la batalla cultural), medios y masas enardecidas vienen repitiendo y permitiendo la misma narrativa, la cual se traduce en una guerra psicológica que termina con violencia callejera y el derribamiento de estatuas de Cristóbal Colón, Isabel la Católica (caso de Colombia), no es para nada paranoica la tesis de que la meta final es dejar nuestra identidad como una tábula rasa en la que se puede escribir cualquier cosa.

No debe dejarnos indiferentes el hecho de que estas narrativas y manifestaciones revolucionarias se reactiven justo antes de las elecciones en E.E.U.U. y también alrededor de la explosión de la pandemia, con la consecuente crisis multidimensional, y de cara a las nuevas propuestas globalistas (que no globalizantes) de “Nueva normalidad”, “Modelo ecosocial”, “Gran reseteo” y “Cuarta revolución industrial”, definida ésta última por sus promotores como “la fusión de nuestra identidad física, biológica, digital” (Schwab, s.f., citado en Watson, 2020).

Al parecer no ha sido suficiente deconstruir nuestra identidad cultural, ahora habría que deconstruir nuestra identidad biológica a través de la tecnología y la digitalización. No es casualidad que el escritor hebreo Yuval Noah Harari, durante el Foro Económico Mundial de 2020, a propósito de la amenaza de las dictaduras digitales, propusiera la “ecuación definitoria de la vida en 2021”: (B x C x D = R), conocimiento biológico, multiplicado por el poder computacional, multiplicado por los Datos (Data) es igual a la habilidad de “hackear” a los humanos.

Como se dijo al inicio de esta serie de artículos, la guerra se va dirigiendo cada vez más hacia lo que aún queda por mancillar en nuestra naturaleza humana, que es naturaleza y cultura armonizadas. La guerra contra la hispanidad, lo ha sido contra la parte cultural cristiana, es decir, Occidental, que se amalgamó a nuestra naturaleza a través de la historia desde 1492. El proceso ahora se amplía y dirige a nuestra naturaleza biológica. Si no conocemos nuestra historia y dejamos que nos la cuenten otros, ni cuenta nos damos de que estaos en medio de una guerra, y así, nos dejamos destruir desde adentro.

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.

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