La Economía Circular: el futuro que debemos construir hoy

Probablemente, el enfoque más sistemático e integral para el manejo del medio ambiente y los recursos naturales es la Economía Circular. La Economía Circular es la respuesta lógica y consciente a los acuciantes retos globales que hoy enfrentamos como son el cambio climático, el deterioro de los ecosistemas y de los recursos naturales, así como el aumento sostenido del volumen de desechos de todo tipo.

Para poder entender que es la Economía Circular debemos contrastarla con el concepto tradicional sobre cómo funciona la economía. A ese concepto tradicional se le llama la economía lineal, donde todo inicia con la obtención de la materia prima, luego se pasa al diseño y proceso de manufactura, para luego distribuir el producto, terminando en el uso y consumo del producto. En la Economía Circular, luego de ser utilizado, el producto final regresa al proceso productivo por medio de su conversión en energía, regeneración, reciclaje, reprocesamiento, reparación, reutilización u optimización. Solo en los Estados Unidos, la Economía Circular produce $1.3 trillones (doce ceros a derecha) en ventas anuales y da empleo a 9.5 millones de personas. La Economía Circular representa un 7% del PIB de los Estados Unidos y da empleo al 4% de la fuerza laboral de ese país.

En la implementación del concepto de Economía Circular, Suecia es el país más exitoso del mundo al ser reconocido como el más amigable con el ambiente. El aire en Suecia contiene 10.2 microgramos por metro cubico comparado con el promedio de la OCDE de 20.1. El 40% de los suecos compran productos con etiqueta ecológica. El reciclaje es una gran industria en Suecia: el 88% de las latas de aluminio y las botellas de PET son recicladas. El 70% del territorio sueco está cubierto por bosques, a pesar de la tradición de la producción de madera y pulpa de papel. Las empresas madereras siembran 3 árboles por cada uno que es cortado. Estos resultados son sorprendentes, Sin embargo, la gran pregunta es cómo han hecho para ser el país más sostenible del mundo. La respuesta es simple pero compleja, a la vez. La opinión pública y los partidos políticos ya no discuten si la sostenibilidad es importante o no. La importancia de la sostenibilidad ya se da por sentada, ya que el consenso es prácticamente generalizado con relación a su relevancia. Ahora lo que se discute es cuales serán los próximos pasos para preservar lo logrado y seguir avanzando. Como en la mayoría de los casos de éxito, la consciencia colectiva, la voluntad política y la capacidad de planeación e implementación, son los factores que hacen la diferencia.

En Suecia se producen unos 4.4 millones de toneladas de desechos sólidos por año, lo que equivale a unos 460 kilos por persona. Menos del 1% se lleva a rellenos sanitarios y el 99% se recicla y se usa para la producción de energía casi en partes iguales. Como si esto no fuera suficiente, la industria del reciclaje y generación de energía a partir de residuos sólidos, emplea aproximadamente a unas 72,500 personas, incluyendo administradores e ingenieros hasta personal de proceso.

En Costa Rica debemos de abandonar, sin más demora, el modelo de los rellenos sanitarios. La realidad es que no son sanitarios, ya que son una fuente de contaminación que no vemos, Es exactamente la misma idea de echar la basura debajo de la alfombra. No la vemos, pero sigue estando ahí. Con este fin, propongo lo siguiente:

  1. Dar incentivos fiscales, y las facilidades de ley necesarias. para que empresas privadas exploten económicamente la basura de forma que puedan reciclar desechos sólidos plásticos, aluminio, papel y cartón, además de producir electricidad, gas y otros subproductos a partir de los desechos orgánicos. La ley debe ser modificada para que las empresas puedan vender la electricidad a las empresas eléctricas que la distribuyen en todo el país.
  2. Propongo que se cobre el servicio de recolección de basura por peso, para incentivar la producción de menores cantidades de desechos sólidos por parte de las familias y A aquellas familias o empresas que no clasifiquen su basura se les cobrará una mayor tarifa por recolección. Además, los camiones recolectores deben ser modificados para que cuenten con balanzas para pesar los desechos sólidos, compartimentos para cada tipo de basura, escáneres para determinar si la basura es clasificada apropiadamente y un sistema de registro de la información recabada. Esto ya se hace de esta forma en algunos países de Europa. Clasificada la basura de esta manera, adquiere valor comercial y puede ser vendida, por las municipalidades, a las empresas recicladoras,

Por último, quiero referirme a dos temas que si bien es cierto no son parte de Economía Circular como tal, si son críticos en la preservación del medio ambiente de forma balanceada entre ese objetivo, y la explotación racional, tecnificada y responsable de los recursos naturales.

Primero, quiero expresar mi preocupación por la descarga de aguas residuales. El planeta está cubierto en un 75% por agua, de la cual solo menos del 1% es agua dulce, apta para el consumo humano. Lo alarmante de la situación del agua dulce en el mundo es que no solo es escasa, sino que el 90% de las aguas residuales en los países en desarrollo es descargada a los ríos y corrientes de agua, sin ningún tratamiento. Las aguas residuales que van a los ríos primero y finalmente al mar sin tratamiento, son un creciente problema en el mundo. Las aguas residuales incluyen aguas negras, aguas grises (provenientes de las cocinas y las duchas), aguas que son desechadas en instalaciones industriales, hospitalarias o agrícolas. Esta preocupante situación en Costa Rica, queda claramente expresada en el Decimonoveno Informe Estado de la Nación en Desarrollo Humano Sostenible que dice textualmente:

“Las cabeceras de provincia y cantones que cuentan con red sanitaria, en la mayoría de los casos, canalizan las aguas residuales directamente a los ríos. La Contraloría General de la República es enfática en que esta situación es la constante en todo el país, en su informe DFOE- AE-IF-01-2013, señala que: el país enfrenta un escenario de contaminación hídrica sin control, que tiene altamente afectadas cuencas hidrográficas importantes como Grande de Tárcoles, Grande de Térraba, Tempisque y Reventazón. Esta contaminación incide desfavorablemente en las playas del país, en la acuicultura y en el balance de los ecosistemas acuáticos como es el caso de la degradación de los arrecifes coralinos. Además, amenaza la cobertura nacional de agua potable que no alcanza el 100%, siendo las comunidades rurales las más afectadas”.

Se estima que, en Costa Rica, solo el 15% de las aguas residuales se tratan antes de ser descargadas.

Es así como propongo dar facilidades de crédito e incentivos a las unidades familiares y a las empresas, para que les permita instalar sistemas de tratamiento de las aguas servidas antes de ser descargadas a los ríos y mares.

Por último, quiero expresar mi decidida oposición a la iniciativa que algunos operadores políticos están impulsando en el país con relación a la prohibición por ley para explotar económicamente los recursos naturales de los que dispone el país. Esto es cerrar de un portazo la posibilidad de producir riqueza y generar una gran cantidad de fuentes de empleo que el país tanto necesita. Es posible explotar los recursos naturales de forma ordenada y tecnificada, respetando el medio ambiente. Para soportar esta posición hago referencia a lo que ha dicho el experto geólogo Dr. Esteban Gazel, costarricense, profesor de Ciencias de la Tierra y la Atmósfera y miembro del Centro Atkinson para un Futuro Sostenible de Cornell University. Este experto hace referencia al desastre ambiental y económico que se ha producido en la mina de oro de Crucitas, ubicada en la zona fronteriza con Nicaragua; esto debido a la explotación informal, ilegal y desordenada de la misma:

“Con la minería informal ilegal en Crucitas no solo se daña permanentemente nuestro mayor tesoro, la biodiversidad, heredando un desastre para muchas generaciones de futuros costarricenses, sino que el 100% del recurso se va de nuestro país, dejando beneficios nulos. Si se abren de nuevo las puertas a una industria metálica moderna, 70% de la inversión se quedaría en Costa Rica y se evitaría que el desastre ambiental continúe. Por lo tanto, una mina moderna y responsable en Crucitas es un proyecto de importancia nacional como se declaró en la última administración Arias-Sánchez. Además, la minería ilegal es una calamidad nacional”.

El Dr. Gazel concluye lo siguiente:

“A pesar de buenas intenciones, la realidad es que, si existen metales, se van a explotar, ya sea por medio de un modelo de minería responsable y sostenible, o mediante una persistente invasión de nuestra soberanía. ¡Aun no es demasiado tarde! Es hora de tomar cartas en el asunto y volver a un modelo efectivo de desarrollo sostenible, donde la industria metálica regulada y profesional sea parte inseparable de una economía diversa y moderna.”

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.

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