La Democracia se fortalece en Democracia

A 74 años de la guerra civil en Costa Rica se hace necesaria una reflexión profunda, porque la democracia se encuentra bajo asedio, pese a poseer una historia de respeto a los derechos y las libertades fundamentales.

Desde 1949, nuestra Constitución es el pilar que sustenta el periodo de estabilidad democrática, paz y prosperidad más largo de la historia de Costa Rica.

Nuestra democracia es un ejemplo que inspira a otros países; hemos superado una región centroamericana, caracterizada y ensangrentada por guerras civiles entre gobiernos autoritarios y grupos paramilitares.

Sin duda alguna, la democracia constituye un principio estructural en una nación democrática y en Costa Rica es la piedra angular de la sociedad. Por esa razón su fortalecimiento y promoción de la buena gobernabilidad es una de sus principales tareas, para garantizar la paz, la seguridad, el desarrollo y la sostenibilidad de la misma.

La crisis democrática que vive Costa Rica no surge de un día para otro, sino que se incuba en un paulatino proceso de deterioro del régimen democrático, que abarca casi cuatro décadas previas.

Las causas del deterioro democrático son variadas: vetustas estructuras clientelares en torno a gremios y partidos; un sistema multipartidario cada vez más centrífugo que fue politizando y polarizando la sociedad completa y una economía relativamente estancada.

El propósito de estas reflexiones pretende entender por qué ante el proceso de desgastamiento del sistema político y económico, las clases políticas y la sociedad en general no fueron capaces de canalizar el asunto de manera razonable, siendo entonces responsables de propiciar el quiebre del espacio político y democrático.

Una “verdadera democracia” no es una, en donde se baja el porcentaje de votos dizque para ahorrar recursos, cuando sabemos que lo que busca su proponente es favorecer a su grupo político y seguir ordeñando la vaca.

En democracia, los oponentes no son un enemigo a eliminar sino un adversario cuya legítima existencia se debe tolerar y respetar. Esto implica aceptar su derecho a defender ideas pacíficamente en el espacio político. Entonces, quienes se plantean con el propósito de destruir el orden democrático o desdeñan de sus instituciones o principios por precario que éste sea o se considere, no hacen más que colocarse como enemigos del mismo.

Esta claro que nuestro sistema político esta lleno de debilidades y escollos que obstaculizan el desarrollo político. Sin embargo cabe destacar que entre las principales fortalezas y logros alcanzados por la democracia costarricense, están la celebración periódica de elecciones democráticas, la implementación de políticas sociales, y los avances hacia un estado democrático de derechos.

Finalmente, los partidos políticos y sus socios deben entender que el votante de hoy ha evolucionado y que la razón de no ir a votar es más causal que casual, el votante actual tiene una actitud más razonada, premeditada, que expresa un rechazo a los partidos políticos, a los candidatos y al sistema mismo.

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.

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