La Costa Rica que todos y todas queremos

» Por Arnaldo Rodríguez Espinoza - Asesor de Educación Cívica

Nuestra democracia está viviendo una embestida de acontecimientos que lejos de consolidarla, más bien lo que han hecho es debilitarla, mostrando una Costa Rica que no reconocemos.

Los reclamos airados e irrespetuosos a don Carlos Alvarado en su salida del Teatro Nacional no tienen justificación, porque los problemas no se solucionan de esa manera, sino a través del diálogo. Lo que más bien lograron esas personas que lo irrespetaron fue ganarse no solo el repudio de una gran mayoría de la población, sino que, a su vez la de los sindicatos (aunque estos no hayan promovido esos ataques desaforados), lo que hizo que perdieran más legitimidad de la que de por sí carecen.

No obstante, viendo al señor presidente volver a la Plaza de la Democracia en horas de la noche mostrando una Costa Rica distinta, donde todo era risas, saludos, selfies y una apertura sin igual, nos hace pensar en que, lamentablemente tenemos un presidente que no escucha a diversos sectores de la sociedad, sino que en su soberbia se encarga de desprestigiarlos, en una lucha de poder sin razón alguna.

Don Carlos Alvarado fue electo por la mayoría de la población (aunque fuera la opción menos mala), pero finalmente lo eligieron para que, gobernara a toda una nación, no a grupos privilegiados, porque fueron ciudadanos y ciudadanas costarricenses, más allá de su distinción social, política, cultural y económica que le dieron su voto, con una idea (aunque fuese ilusa, “es por vos es por Costa Rica”) de que gobernaría para todos y todas.

Señor presidente, no se olvide que el gobierno del “bicentenario” es de todos y todas, y así como usted en campaña salió a buscar votos y a escuchar el clamor de muchas personas, hoy es necesario que usted devuelva al menos esa cortesía de tan solo escuchar.

Costa Rica está en una encrucijada fiscal sin parangón, eso es claro, pero no se puede construir una Costa Rica para unos y para otros, y menos promoviendo distanciamientos entre distintos sectores de la sociedad. ¿Qué tiene el expediente 20580 que no permitió previamente la participación de distintos sectores de la sociedad para que aportaran desde sus particularidades y, de esa manera, buscar, aunque fuesen tan solo algunos consensos? Puedo comprender que este problema fiscal hay que resolverlo lo más pronto posible, pero no comprendo porqué está planteado “a la carta” con la finalidad de proteger los intereses de una minoría en detrimento de la mayoría de la población, principalmente los más pobres.

Son más de 25 días de huelga, que pudieron haberse reducido en gran medida si el señor presidente al menos hubiese escuchado y sentado a dialogar con los sindicatos, en busca de una salida mediante el diálogo, pero lejos de eso, lo que encontramos es una intransigencia y obstinación en no querer dialogar y más bien, buscan mecanismos de desprestigio y de temor de lo que por derecho tiene todo trabajador y trabajadora (la huelga).

Además, algunos diputados y diputadas (por no decir la mayoría) que también se olvidaron de quiénes los eligieron, y hacen caso omiso del sentir de muchos habitantes, de aquellos que una vez sí fueron importantes (bueno, eran necesarios sus votos para llegar al poder), y que hoy son una problemática y los tratan con indiferencia y menosprecio.

Lástima que esa intransigencia e indiferencia de aquellos políticos que están en el poder, gracias al voto de muchos ciudadanos y ciudadanas costarricenses, hoy se hayan olvidado de principios democráticos tan básicos como el diálogo y la búsqueda de consensos.

También, coincido con el señor presidente (en su vídeo en la plaza de la democracia en horas de la noche) que esa es la Costa Rica que todos queremos, pero le recuerdo don Carlos Alvarado que usted con su soberbia y poca capacidad de diálogo es lo que ha provocado esas dos Costa Rica: una donde la gente está cansada, harta, decepcionada y burlada de su falta de humildad, diálogo y de verdadera capacidad de gobernar para una nación y, no para unos pocos, y otra, idílica donde encontramos un presidente, alegre, abierto, espontáneo y con un carisma (aunque solo sea fingido) para unos 4 gatos en la Plaza de la Democracia.

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, fotocopia de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr.

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@nuevo.elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.

Últimas noticias

Te puede interesar...

Últimas noticias