La bronca: sus perpetradores y sus solucionadores

Costa Rica está en crisis. Aunque chiquillas payasas de palacio estrilen y digan que estamos como en Jauja, la verdad es que sí existe la bronca. Desempleo, pobreza, corrupción, rezago, carencia de infraestructura, apagón educativo, entre muchos otros “legados” del PAC-PLN-PUSC. Estos problemas ya estaban estallando en la cara, sin que nadie intentara nada distinto (era estúpido intentar solucionar los problemas con los programas y los “equipos” responsables de la crisis).

La bronca tiene responsables

Una de las causas principales ha sido el capitalismo de amigotes, diferente del capitalismo liberal. El capitalismo de amigotes es la raíz de numerosos males. Lo privado invadió lo público, quienes ejercían el poder desde este último velaban por los intereses de pequeñas camarillas (algunas conformadas por una parte del empresariado, otras por ciertos sindicatos). Así, las decisiones se tomaban no pensando en el bien de la sociedad, sino en el lucro de unos pocos privilegiados. Los resultados saltaron a la vista, con trochas de pura corrupción en la Zona Norte, con un tren eléctrico de muy cuestionable catadura técnica pero que repartía grandes bondades económicas para algunos, y con “carreteras nuevas” plagadas de irregularidades legales, obra de la administración anterior, carreteras además acusadas de graves errores estructurales en algunos casos (no lo digo yo, lo dijo el LANAMME). Al cuadro anterior se suman las grandes trabas para producir (obra sobre todo de los catastróficos gobiernos PAC), alimentadas por el compadrazgo de los otrora gobernantes con sectores ideológicos contrarios a la empresa privada. Esta mordaza a la iniciativa privada, por supuesto, causó desempleo en el país.

Estas broncas no nacieron de la nada, pues de la nada, nada surge. Fueron los gobiernos del PAC, el PLN y el PUSC los grandísimos responsables, ellos incubaron los males que ahora corresponde combatir porque ya estallaron en la cara. El PAC es un hijo del PLN, claramente, y el PLN debe pagar, por supuesto, todas las consecuencias político-electorales correspondientes (esperamos que así inicie en las no tan lejanas elecciones municipales del 2024). Culpable es una parte de la prensa (cierto canal de televisión, un periódico  y una página de internet), porque ha desvirtuado el oficio de la profesión a cambio de favores económicos, por ejemplo de que le alcahuetearan su rampante y comprobada evasión fiscal, de que le dieran dinero público sin pudor alguno, y de que con total obscenidad le fueran favorecidos sus negocios complementarios. Así era antes. No nos dejemos engañar, una cosa es la libertad de prensa, y otra muy distinta es actuar como lo hacen algunos, y después escudarse en ese sagrado principio para buscar impunidad. Porque no es libertad de prensa hacer una labor ultra sesgada a  cambio de unos dólares más, por ejemplo en campaña electoral, en la que todos los días se hablaba pestes inventadas de un candidato, y se dejó incólume a un personaje altamente cuestionado. O peor aún, irrespetar el juego democrático y combatir leoninamente y a mansalva a un gobierno democráticamente electo que apenas inicia.

Y culpable es buena parte de la academia, que desde la Administración Solís Rivera claramente se convirtió en un actor político. Renegando por completo de su papel de conciencia crítica, universidades de este país “investigan” para desacreditar a sectores críticos del PLN-PAC-PUSC (lo último fue hacer una indiscriminada cacería de brujas contra medios independientes de Facebook, algunos de comprobada seriedad), incurren en la difamación abierta contra empresas (tachando de evasores fiscales a empresas inocentes, y careciendo de hormonas para señalar a quienes sí lo son), y hacen coberturas sesgadísimas para perjudicar a quien les desagrada y beneficiar a sus compadres de turno; ejemplo de esto fue la publicación de estudios para subir la imagen de Carlos Alvarado y la difusión de dizque “barómetros electorales”, en los cuales algunos partidos coincidían con la “justicia absoluta” de la ONU, y otros no (eso se llama beligerancia política).

Los solucionadores: el gobierno actual

Los signos de la Administración Chaves Robles son más que alentadores. En escasísimos meses vemos la reversión de inmensos males y la propuesta de ideas valiosas. El vergonzoso acuerdo “educativo” con Cuba fue cancelado. Se denuncia con valentía toda una serie de corruptelas que existían en el MOPT, y por supuesto, se echa por tierra el terrible tren eléctrico del PAC. Se elimina el monopolio privado de RITEVE (herencia del PUSC). Se deja de lado los prejuicios ideológicos y se hacen gestiones para ingresar en la Alianza del Pacífico, también son hechas las diligencias para incorporar la jornada 4-3, tan necesaria para atraer empresas y combatir el desempleo. Se realizan vastas negociaciones para traer más compañías transnacionales al país. Se emprenden políticas para mejorar la calidad de vida de quienes menos tienen, por ejemplo abaratando el arroz. Porque debe combatirse el capitalismo de amigotes; en su lugar debe darse un capitalismo liberal, el verdadero. Por algo esa valiosa e inteligente mujer llamada Natalia Díaz está con el gobierno.

“Ladran Sancho, señal de que andamos”

No nos engañemos. Contrario a las idioteces de la generación de cristal, la polarización puede ser necesaria, esto si se le practica desde un ángulo en particular: cumplir con la ley. Hacerla regir polariza, divide a la sociedad entre quienes la respetan y los que no, siendo para estos últimos necesaria la sanción, ya sea penal, administrativa, política, o todas. Un Estado democrático de derecho no puede tolerar la impunidad ni la desigualdad ante la ley, porque ello contradice sus más básicas premisas, también porque si lo hace allana el camino para que triunfen propuestas autoritarias, esas que prometen “pomadas canarias” (por ejemplo el Frente Amplio), y sencillamente porque con impunidad frente a la corrupción ninguna meta social ni económica puede llevarse a cabo de buena manera.

Los perros ya están ladrando. Los partidos corruptos tachan de autoritario al gobierno actual, por supuesto sin pruebas (al mejor estilo de los fabricantes de fake news). Expresidentes de muy ingrata memoria se unen al coro. Los sectores de “prensa” que tanto lucraron con el anterior statu quo pegan el grito al cielo. La academia hace lo asumido desde hace ocho años y repite el guion que le dan los poderosos (¡lástima tantos años de estudio!, hasta un chapulín tiene más ética que esos estudiantes y profesores). Usted, ciudadano, tome en consideración todos estos factores y no siga los cantos de sirena de quienes ocasionaron la bronca. En cambio, apoye a quienes quieren acabar con los problemas de raíz y consecuentemente construir una mejor sociedad.

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.

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