Innovación y emprendimiento: El reto de la interconexión institucional

En un mundo donde la Inteligencia Artificial (IA) y la automatización están redefiniendo el mercado laboral, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha señalado que muchos de los empleos del futuro aún no han sido creados. Esto plantea una pregunta clave: ¿cómo pueden los países preparar a sus ciudadanos para trabajos que aún no existen? La respuesta radica en una educación alineada con la innovación y el emprendimiento, respaldada por instituciones interconectadas y visionarias.

En Costa Rica, el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), el Ministerio de Educación Pública (MEP), el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y el Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD) tienen el potencial de formar un ecosistema integral para la creación de nuevos empresarios y trabajadores altamente capacitados. Sin embargo, aún existe una desconexión que impide una sinergia efectiva entre estas entidades.

El estancamiento del emprendimiento y la necesidad de innovación

A pesar de los esfuerzos por fomentar el emprendimiento, seguimos viendo los mismos modelos de negocio: cafeterías, tiendas en línea, servicios de delivery, entre otros. La pregunta es, ¿qué componente innovador se está enseñando? La educación en emprendimiento no solo debe enfocarse en la creación de negocios, sino en la capacidad de resolver problemas de manera disruptiva y con valor agregado.

En este sentido, el INA debe evolucionar para convertirse en un ente de formación avanzada que impulse el desarrollo de habilidades orientadas a la economía digital, la biotecnología, la sostenibilidad y la transformación de modelos productivos. Países como Alemania y Finlandia han modernizado sus sistemas de formación técnica, integrando metodologías de aprendizaje basado en proyectos y alianzas estratégicas con el sector privado para desarrollar programas alineados con las necesidades reales del mercado.

La interconexión como clave del futuro

Para lograr un ecosistema de formación y financiamiento que impulse nuevos modelos de negocio, se requiere una interconexión efectiva entre:

  • El MEP: Incorporando desde la educación secundaria materias de innovación, resolución de problemas y pensamiento crítico, con una fuerte base tecnológica.
  • El INA: Adaptando su currículo para incluir formación en nuevas industrias, inteligencia artificial, automatización y economía circular.
  • El MAG: Fomentando emprendimientos en agroindustria con alto valor agregado, promoviendo la tecnología en la producción agrícola.
  • El MEIC: Proporcionando el acompañamiento necesario para transformar ideas en modelos de negocio viables.
  • El SBD: Facilitando el acceso a financiamiento para emprendimientos innovadores que surjan de este ecosistema educativo-productivo.

Este modelo de articulación ha sido implementado con éxito en países europeos como Dinamarca y los Países Bajos, donde el Estado, la academia y el sector privado trabajan de manera coordinada para impulsar la innovación y la creación de empresas con impacto global.

Un llamado a la acción

Costa Rica tiene el talento y la capacidad para convertirse en un referente de innovación en América Latina. Sin embargo, esto solo será posible si logramos alinear nuestras instituciones y reformar los enfoques tradicionales de enseñanza y financiamiento. La pregunta ya no es si la IA y la automatización cambiarán el mundo laboral, sino si estamos preparados para liderar esa transformación.

Es hora de evolucionar.

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