Imposible votar por el PAC

Como liberacionista podría perdonarle a la dirigencia del PAC todos sus insultos; podría perdonarle a Ottón Solís la acusación generalizada de que todos somos corruptos; podría perdonarle a Luis Guillermo Solís su diatriba con ocasión del informe de los cien días; podría perdonarle a sus fracciones legislativas todas las denuncias sin fundamento contra nuestros líderes; podría perdonarle a Carlos Alvarado sus agravios de ayer y los de hoy.

Incluso podría perdonarle su mal gobierno.

Lo que nunca podré perdonarle es el incumplimiento de sus compromisos éticos, de su promesa de practicar “una nueva forma de hacer política” basada en la observancia de los más elevados parámetros éticos y morales; jamás podré perdonarle la estafa al TSE con la deuda política; menos aún los casos de corrupción del cemento chino, del FIA 2015, de los sobresueldos, de la “pifia” y otros más.

Tampoco me convence la “campaña del miedo” del PAC contra Fabricio Alvarado para que votemos por su candidato.

Como liberacionista y como ciudadano responsable me es imposible votar por el PAC.

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