Nuestro presidente usa como argumento para convocar a un referendo, que es necesario que el pueblo decida y ponga a caminar lo que los políticos han venido entrabando. Si fuera sincero, diría que pondrá en manos del pueblo las decisiones con las que él pretende favorecer intereses privados por encima del interés colectivo, y que no ha podido hacer avanzar porque la institucionalidad lo ha puesto en su lugar.
Si fuera sincero su dizque carácter democrático, ¿por qué no le consulta al pueblo cartaginés si quieren que se construya el hospital en el terreno ya destinado para el mismo? Por supuesto que no lo hará, porque va en contra de sus pretensiones de privatizar los servicios de salud.
Si hablara con la verdad, y su interés es que el pueblo decida, ¿por qué antes de parar el proyecto Agua para Guanacaste, no le preguntó a la población guanacasteca si quería ese proyecto? Sea honesto y reconózcalo: Agua para Guanacaste lo paró, con base en mentiras, porque era un proyecto planificado y financiado en administraciones anteriores. Lo paró por puro revanchismo.
Si no fuera hipocresía su disfraz de demócrata, ¿por qué no consultó a la población del Gran Área Metropolitana si querían un tren eléctrico de pasajeros que aumentara la eficiencia del transporte público? ¿Será que había gente interesada, entre sus financistas de campaña, de que siguiéramos dependiendo de un sistema de autobuses obsoleto, lento y contaminante?
En algún momento pensábamos que todas estos, y muchos otros despropósitos más (la ruta del arroz, la inexistente ruta de la educación, la paralización de obras estratégicas para el suministro de agua potable, el manejo irresponsable del tipo de cambio, la absoluta incapacidad para enfrentar los problemas de inseguridad ciudadana, su menosprecio al agro, su constante ataque a las universidades, a los tribunales, a la prensa, a la Caja Costarricense de Seguro Social…) se daban por ineptitud, o por hepatocracia (gobernar con el hígado). Pero ya no, ahora creemos otra cosa…
Creyéndose él mismo el cuentito del jaguar, ya el presidente sacó las uñas. Lo que le va a consultar al pueblo no son los proyectos que el pueblo quiere o necesita, sino los proyectos que representan lucrativos negocios, y que ahora están en manos del estado (o sea, del pueblo), o que faciliten esos negocios a expensas de los trabajadores. Y por supuesto, se montará en las nubes de humo y mentiras que lo han caracterizado, para tratar de convencer a la gente que esos proyectos les favorecen.
La estrategia para lograrlo es muy evidente. Poner jerarcas en las instituciones que sumisamente sigan sus designios de desmejorar los servicios públicos, para así convencer a la gente que las instituciones en manos del estado son ineficientes y caras, y plantear como solución…¿saben qué?…Ustedes conocen la respuesta.