Desde nuestros primeros pasos, escuchamos que las políticas de desarrollo y protección ambiental de nuestro país, son reconocidas a nivel mundial.
El sistema de protección en los ecosistemas bajo el amparo de nuestros Parques Nacionales, hacen gala de un accionar nacional con aras de colaborar con el equilibrio en nuestras especies y demás riqueza natural. Las fuentes renovables de energía también nos han distinguido.
La administración anterior, inició un proceso con el objetivo de posicionar a Costa Rica como actor en ruta a la “descarbonización”. En el documento Plan de Descarbonización, en uno de los párrafos de la página 12 se lee: “De los sectores económicos, el sobresaliente en emisiones es el transporte, que enfrenta un rezago de infraestructura y estándares. El sector eléctrico es ya de cero emisiones y podrá impulsar el cambio, pero deberá reducir costos – La triplicación de la flota vehicular en los últimos 30 años, dominada por vehículos privados y sin inversión proporcional en infraestructura, ilustra la problemática del transporte en el país. El transporte público urbano sufre de rutas poco alineadas a la demanda, llevando a un mayor uso de vehículos privados, que a su vez crean demanda para crecientes importaciones de gasolina. El transporte es el sector de mayores emisiones y de más rápido incremento de estas. En contraste el sector eléctrico, que en muchos países es otro gran emisor, es prácticamente 100% renovable. Esto presenta a la electrificación del transporte – público y privado – como una medida clara de descarbonización, que se debe lograr manteniendo limpia la generación y a costo accesible”. (El subrayado no es del original)
Les comento lo anterior (y utilizo un llamado muy trillado), si realmente los empresarios y grandes industrias a nivel mundial establecieran políticas cristalinas y honestas para la protección del medio ambiente, nuestro planeta estaría en franca mejoría de su situación actual. Algo hemos avanzado, más no es suficiente.
Con un sentimiento encontrado y con un baúl lleno de interrogantes, leí una nota publicada el pasado 20 de octubre, en el medio digital elobservador.cr, titulada: “ICE pregunta a sus clientes: ¿pagaría una bici o moto eléctrica a través de recargos en su recibo de luz?”.
En dicha nota se menciona que el ICE tiene interés en conocer las características del mercado de motos y bicicletas eléctricas; además cuál medio de pago utilizaría el comprador, brindando las opciones tradicionales (tarjetas de crédito y débito) y la posibilidad de pagar en cuotas incluidas en los recibos de electricidad. Para esto la Institución realizó una encuesta a algunos de sus abonados (prefiero el uso de este término, que el de “clientes” en la administración pública).
La nota describe (las comillas son del original) también lo siguiente: … el ICE respondió que es “promotor de las condiciones habilitantes a nivel nacional en temas de movilidad eléctrica y microelectromovilidad” y que por eso aplica esta encuesta. Su objetivo, agregó, es “conocer la intención del mercado para generar iniciativas que, a futuro, impulsen este tipo de tecnologías”. En otras líneas estipula: “Su uso contribuirá con la descarbonización del país y permitirá promover el consumo de energías renovables de nuestra matriz nacional”, respondió la institución.
Pregunto, ¿imaginan ustedes la cantidad de “bicis y motos” eléctricas en nuestras vías? ¿Tenemos la característica de ser ciudadanos prudentes y con excelentes hábitos de manejo? ¿Tiene el país la infraestructura vial para esta “belleza” en defensa del ambiente? ¿Será el ICE un facilitador y/o importador en la compra y venta de los vehículos? ¿De dónde vendrían los vehículos?
Para este servidor el planteamiento de las anteriores y muchísimas más preguntas (incluyendo las de ustedes en este momento), genera un escenario expectante en todos los ámbitos comerciales. El consumo de la electricidad como energía limpia ayudaría a que nuestro aire sea más puro, sin embargo, ¿continuará siendo protagonista la muerte en nuestras carreteras?
Todo este tema conlleva a un análisis mucho más detallado e integral por parte de nuestras autoridades. Las distintas Instituciones que se verían involucradas en un plan masivo, dirigido a motivar la compra de vehículos eléctricos, debe garantizar, no solo las estaciones de recarga, sino seguridad en todos los aspectos. ¿Considera usted estimado lector que, ¿estamos preparados para recibir una inundación de motocicletas y bicicletas eléctricas?
Las constantes discrepancias entre el Poder Ejecutivo y Legislativo, y el tono, para muchos; irrespetuoso del presidente Chaves en algunas de sus declaraciones, pareciera poner en riesgo la “estabilidad emocional” de nuestra política y gobernanza. ¿Aceptará el Mandatario de la República el llamado conciliatorio del presidente de la Asamblea Legislativa RAS? De lo anterior, y más hablaremos la próxima semana, Dios primero.
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Sobre el autor:
El autor es Licenciado en Relaciones Internacionales. Asesor Legislativo, analista político internacional. Además elabora procesos de capacitación política, desarrollo comunal y administración. maumazu208@gmail.com.
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