Las elecciones de febrero y abril del 2022 parecen puntear un rumbo con claridad. Nos encontraremos ante un espacio político similar al que han tenido las últimas tres administraciones. Una presidencia de la República más limitada para la toma de decisiones. Un mayor control democrático, por el ejercicio de los medios de comunicación, por la acción de los colectivos ciudadanos y, por la aplicación de los instrumentos institucionales que exigen transparencia y rendición de cuentas. No podemos dejar de lado, la participación ciudadana, en forma directa, a través de las redes sociales. Indudablemente, la tecnología modificó la política. Asimismo, observamos que, se integrará un nuevo parlamento con mayor representación de grupos de interés, de acuerdo con el aumento de partidos políticos que participarán en las próximas elecciones.
Estarán presentes los tradicionales: Liberación Nacional, Unidad Social Cristiana, Acción Ciudadana y Frente Amplio. Seguramente, organizaciones como Integración Nacional, Restauración Nacional y Republicano Social Cristiano que, han ido madurando con estructuras permanentes, mantendrán su representación. El Movimiento Libertario, Nueva Generación y Vamos se encuentran inscritos, pero que no han aclarado si participarán. Se cuenta con formaciones emergentes que han hecho sus asambleas para inscribirse hacia el próximo torneo electoral. Destacan el partido Nueva República y Unidos Podemos. También debemos señalar que surge a la vía electoral Costa Rica Justa. Al escribir este artículo, el Unión Liberal, Movimiento Social Demócrata y Frente Nacional están finalizando su proceso de inscripción ante el registro del Tribunal Supremo de Elecciones y, con ello, aumentar el número de representaciones en el próximo congreso.
Para lograr la gobernanza es obligatorio crear nuevos mecanismos de entendimiento de los partidos entre ellos y, también con el Poder Ejecutivo. La primera gran tarea será alcanzar un consenso para la conformación de una agenda nacional. Lograr los acuerdos que permitan plasmar un programa de gobierno común y, obtener un compromiso de estructurar un ideario de país.
El sistema presidencialista, sin el liderazgo correcto, puede continuar por el sendero de debilitamiento que se viene evidenciando desde hace dos décadas. El Poder Ejecutivo requerirá del trabajo conjunto con la Asamblea Legislativa para avanzar en sus aspiraciones.
Para lograr acuerdos sanos es necesario que, quienes integren las papeletas de diputados sean personas capaces de legislar en un ambiente de altas miras, de permanente negociación. La calidad de las personas debe ir acompañada de liderazgo. En tal sentido, la doble postulación para las candidaturas a la presidencia debería ser la norma para estas elecciones. Significa que quienes pierdan la elección y cuentan con los votos para lograr la representación ciudadana, automáticamente formarán parte de la Asamblea Legislativa. Esto permitirá que la negociación entre las bancadas parlamentarias y, con el Poder Ejecutivo se realice a través de los verdaderos líderes de las agrupaciones. Esta idea, tiene una limitante para aquellos dirigentes que estén terminando su período de diputados o, de algún otro puesto que tenga prohibición, pero para la próxima elección, esta restricción es mínima.
La conformación de las papeletas de los partidos debe ser una selección de las mejores personas. No se debe considerar en las nóminas a quienes hemos llamado “de relleno”. Las lecciones deben aprenderse de inmediato. Las luces de muchos permitirán que brille el parlamento.
Otro requerimiento para una mejor integración de la próxima Asamblea Legislativa es que las ideas plasmadas en los programas de gobierno incluyan, ¿el cómo? se van a desarrollar esas propuestas. No es suficiente que se presenten ideas novedosas. Estos planteamientos deben someterse completos para la discusión. Sea, con un proyecto de ley o un plan de ejecución. Esto irá en beneficio directo del país.
Finalmente, es imperativo que los partidos políticos preparen a sus futuros diputados. Es básico que los candidatos conozcan los programas de gobierno. Esto facilitará que las iniciativas individuales de los diputados sean adecuadas con las ideas de su agrupación y así, negociar con sus pares en el parlamento o con el gobierno en un ambiente de coherencia. También es un requisito para mejorar la calidad del congreso que los candidatos reciban instrucción de técnica parlamentaria. Esto permitirá que las personas elegidas puedan iniciar sus labores en forma inmediata con mayor acierto. Todo redunda en beneficio del país.
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