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Fijación de carbono y el ganado

Las emisiones de carbono en el calentamiento global, es tema de interés porque hay que reducir o atenuar las emisiones en los diferentes sistemas productivos. Se ha responsabilizado a la ganadería por gran parte de las emisiones de gases efecto invernadero (GEI), sin embargo, no se toma en cuenta que en el pastoreo se da un importante reciclaje de nutrientes, y que las emisiones en muchos casos están en función del manejo que se les dé a los animales y no por los animales en sí. También influye el tipo de explotación. También muchos elevan las cifras del metano que emite el ganado y hasta se atreven a decir que emite más que el transporte cuando esta es una gran mentira ya que está demostrado que el transporte es de los principales emisores de gases de efecto invernadero. El uso y la adaptación de prácticas agroforestales en la crianza de animales en pastoreo ha mostrado ser útil tanto para aumentar la producción pecuaria como para brindar servicios, como la fijación de carbono en los suelos. El CO2 es uno de los principales gases que contribuye al efecto de invernadero. Es principalmente capturado de la atmósfera en sistemas terrestres mediante la fotosíntesis en las plantas. Al mismo tiempo que las plantas crecen y mueren, el carbono de la planta entra al suelo, donde puede ser almacenado o secuestrado en la materia orgánica del suelo (MOS) a medida que se descompone, tanto en la superficie del suelo como a mayores profundidades.

En cuanto al aporte de fijación de nitrógeno al suelo el mayor aporte corresponde a usos de la tierra utilizados para la producción ganadera (pasturas y sistemas agroforestales), las plantaciones forestales y bosques aportan entre el 40% y 50% del total de carbono almacenado en estas áreas. Se determinó que las fincas con sistemas de producción de doble propósito (carne y leche) tuvieron un balance positivo en cuanto a la relación de la fijación de carbono en comparación con las emisiones de GEI; las fincas que se dedican a la producción intensiva de leche tuvieron un balance de gases negativo, por lo que se considera que estas mayores emisiones están relacionadas con el uso de fertilizantes de las pasturas y otros insumos relacionados con la alimentación de las vacas.

Las gramíneas nativas acumulan menos materia orgánica y fijan menos carbono que las gramíneas africanas introducidas en latino américa, estas fijan más carbono y acumulan más materia orgánica al suelo. El mejoramiento genético de los pastos nativos ha sido pobre y el manejo que se les da quemando hace que ellas no fijen mucho carbono y acumulan poca materia orgánica. Los expertos dicen que con solo no quemar y usar fertilizantes orgánicos las sabanas tropicales pueden ser un reservorio mayor de carbono. Es muy posible que los que usan estas malas prácticas cambien realmente sus prácticas de manejo si no hay un incentivo económico. Hay mucho escrito, pero se queda en el papel. Los pocos que estamos incentivando o recomendando prácticas silvopastoriles, rotación de potreros y uso de pastos mejorados, tenemos como incentivo el mejoramiento de los índices de producción (más terneros, mayores pesos, mejores ganancias de pese etc.) y la satisfacción de contribuir con el medio ambiente. Mientras el gobierno de Costa Rica continúa abandonando la producción pecuaria poco se podrá contribuir a disminuir el calentamiento global.

Por más que se asista a foros de protección del ambiente y se escriban políticas de carbono neutro.

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