
Por Rebeca Coto Rubio
Resulta que en un día como hoy me encuentro en el súper, porque voy a comprar alimentos para los damnificados por el Huracán Otto, y en cuanto entro me percato de que hay otro montón de personas en la misma sintonía que yo, justo en ese instante comienzo a pensar que juntos y juntas, trabajando parejo, sin serrucharnos el piso, sin trabajar de una manera individualista; sin el ´porta a mí el otro o la otra, somos un país mejor y más bonito.
Me parece que por mucho tiempo, nos hemos creído el cuento de que no importa que estemos unidos, el país siempre va a ir mal, porque a fin de cuentas ¿qué podemos hacer como simples y mortales ciudadanos?, y hoy, precisamente hoy, en medio de toda esta tragedia que hasta ha cobrado vidas humanas, es que entro en cuenta de que, ¡la unión hace la fuerza!.
Porque en el presente, no existen los colores políticos, existe un país que sufre los daños causados por un desastre natural y que quiere ver a sus hermanos y hermanas del norte bien, tranquilos, con un poquito más de esperanza que la que pueden tener ahorita en medio de tanta desesperación.
Yo lo que veo, es que si un país pequeñito y lleno de mucha gente linda, se compromete a ayudar, más allá de un sentimiento individualista, y empieza a practicar esa solidaridad tan esperanzadora que he visto por todo lado, estamos para grandes cosas.
Hoy, para ser sincera, me siento muy emocional al punto de querer llorar, pero de alegría, al ver lo empáticas y solidarias que hemos respondido todas y cada una de las personas involucradas, lo mucho que nos hemos involucrado, y lo que como país podemos dar, porque es necesario decir que da para mucho, eso sí, siempre y cuando todas y todos nos comprometemos y nos queremos más, y no olvidemos nunca, que en la unión sí está la fuerza.