Empresario de pesca deportiva en búsqueda de justicia

Igor Grigorenko, un empresario de origen ruso de 45 años, se encuentra detenido durante más de 9 meses por una solicitud de extradición incoada por Rusia.

La solicitud tiene su origen en una acusación formulada por su madrastra, Irina Korobova, respecto de la cual Grigorenko alega estar fraudulentamente motivada para mantenerlo en prisión y privarlo no solo de su libertad sino de los derechos hereditarios a los bienes de su difunto padre.

En una conversación telefónica con él desde “La Reforma”, donde se encuentra provisionalmente detenido, asevera que su caso se trata de un montaje elaborado por su madrastra, en colusión con la policía rusa a la cual acusa de altos niveles de corrupción, y con quienes Korobova ha pactado la repartición de la herencia. Su padre murió sin testamento, y de conformidad con la legislación rusa, tanto Irina en calidad de viuda, como Igor en calidad de hijo, tendrían derecho a los bienes.

Igor Grigorenko ha vivido en Costa Rica desde el año 2012 y junto a su esposa han desarrollado un próspero negocio de pesca deportiva en Jacó, donde son ampliamente conocidos como empresarios y como vecinos de la comunidad. Cada año, el negocio trae a Costa Rica a gran cantidad de aficionados de este deporte de todas partes del mundo, particularmente de su Rusia natal, donde es reconocido por sus grandes habilidades en la práctica de este deporte.

Grigorenko, quien reside en Costa Rica en calidad de residente permanente, y a quien no se le conoce antecedentes penales, realizaba una vida normal hasta Febrero de 2019, cuando fue detenido por la INTERPOL, si bien no ha sido condenado por las autoridades rusas, no obstante la ley de extradición permite que con su simple condición de imputado, se le ponga en detención provisional que ya pasa de los nueve meses.

Según contó Igor:

“Mi padre vino a Costa Rica en el 2013 ya en un profundo estado de depresión, pues mi madrastra lo había echado de su propia casa, con malos tratos e insultos constantes que minaron su salud mental. Había ya iniciado el proceso de divorcio en Rusia, no obstante, murió aquí en Costa Rica en un incidente donde mi padre agredió al dueño del condominio en que se quedaba, y este se defendió con un arma de fuego. La justicia costarricense dictaminó que el dueño actuó en legítima defensa”, agregó Grigorenko.

Alega Grigorenko que su madrastra de inmediato inició con sus maniobras para apoderarse de todos los bienes de su padre. Consta en el expediente penal, pruebas de que falsificó casi de inmediato la firma de su padre para disponer de un vehículo marca BMW X6 que le pertenecía a su padre. Hay un caso civil que he ganado y hay una experticia de grafología demostrando como ella falsificó la firma de su padre, Vladimir Grigorenko. Esta mujer se apoderó de todas las propiedades de él y las sigue usando y usufructuando hasta el día de hoy – a pesar que Igor tiene 50% (igual que su madrastra).

“Actué de buena fe. Mi padre heredó pasivos, no solo activos. Esta deuda de 100 millones de rublos la heredamos yo y mi madrastra, Irina Korobova,junto con las propiedades. Compré la deuda de mi padre de 100 millones de rublos por un monto de 20 millones luego de arduas negociaciones con los acreedores. Propuse a mi madrastra la compra de la deuda, pues mi padre claramente me había hablado de la misma. Consulté además al experto grafológico y corroboré que los documentos aportados por los acreedores habían sido efectivamente suscritos por mi padre. Al no comprar la deuda, en Rusia esto habría implicado que la misma hubiera terminado en manos de la mafia, y el importe crecería día a día” explicó Grigorenko.

El abogado en Costa Rica de Igor Grigorenko, Lic. Mauricio Brenes, opina sobre el caso:

«El investigador ruso Zorro Polatov no ha mostrado pruebas contra mi cliente don Igor Grigorenko; todo el caso está basado en una declaración del señor Kazakov (el dueño de la deuda) que fue obtenido bajo presión, 2 experticias que fueron hechas a partir de una fotocopia (no de un documento original, como se debe ser en grafología forense). Cualquier experticia hecha de fotocopia carece de validez en cualquier país del mundo.

El investigador Polatov estaba informado de que don Igor vivía en Costa Rica. En el expediente hay un documento que se llama «Resolución de acusación», donde el mismo Polatov escribe:  «Igor Grigorenko está viviendo permanentemente en Costa Rica». Polatov se refería al año 2013.

Aún a sabiendas de que don Igor vive en Costa Rica, el investigador le estuvo enviando notificaciones a a la dirección de su domicilio en Moscú, donde vive Irina Korobova – la acusadora de Igor. Obviamente, Irina nunca avisó a don Igor de las notificaciones que estaba recibiendo ahí dirigidas a él.

Esta acción de Polatov demuestra que él está favoreciendo los intereses de Korobova y no los de la justicia de Rusia, como se debe. El investigador Polatov mintió al Tribunal de Rusia, Interpol, y autoridades de Costa Rica, diciendo falsamente que mi cliente se fugó de Rusia. Don Igor vive en forma pública y notoria en Costa Rica desde 2012, su padre falleció en diciembre de 2013 en Costa Rica y el caso judicial se empezó en Rusia en 2014.

¿Qué sucederá? El plan del investigador es muy simple: extraditarán a Igor a Rusia, lo encerrarán en una celda con delincuentes comunes para quebrantar su voluntad, y buscarán que acepte los cargos. Rusia no es un Estado de Derecho occidental, es un país frecuentemente denunciado por torturas en las prisiones.

Don Igor fue notificado en ausencia, declarado en búsqueda internacional como un fugitivo, acusado de lo que no hizo y detenido. Si le extraditaran a Rusia, es previsible que sus derechos humanos serán siguiendo violados y lo forzarán a aceptar los cargos.

Lo más curioso en este caso que a Don Igor están acusando de un fraude de aproximadamente 800 mil millones de colones y en realidad su madrastra Irina Korobova no perdió ni plata, ni alguna propiedad. Tenemos su declaración (de Irina Korobova) rendida ante un juzgado en Rusia, donde ella misma reconoce que está usando y usufructuando las propiedades que le pertenecían al padre de don Igor – Vladimir – y ni un minuto le han complicado el uso de estas propiedades. Mas bien mi cliente es la parte ofendida por la señora Korobova».

Solicitud de refugio

Igor Grigorenko, planteó una solicitud de refugio ante las autoridades costarricenses, luego de verse expuesto a una devolución a Rusia, producto de una acusación fraudulenta que bien podría exponerlo a una situación equiparable a tortura o trato cruel inhumano o degradante.

Alega que, de ser devuelto a Rusia, será forzado a firmar una declaración de culpabilidad que lo llevará injustamente a la cárcel, donde es conocida la práctica de los abusos cometidos por agentes del orden o de los mismos privados de libertad utilizados con el mismo fin por los primeros.

Consultada al respecto, Vanessa Leandro, experta en Derechos Humanos, Derecho Internacional de Refugiados, y ex funcionaria del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR manifestó lo siguiente:

Los alegatos del señor Grigorenko deben ser cuidadosamente examinados por la Comisión de Refugiados a la luz de la abundante información de país de origen, en este caso Rusia, que da cuenta de los abusos cometidos en las cárceles de ese paíscomo lo han señalado de manera reiterada y con preocupación instancias internacionales especializados en esta materia, como el Comité de Derechos Humanos de la ONU, el Comité y Subcomité contra la Tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes..

Agregó la experta que es de particular relevancia la adecuada aplicación del control convencional pues otros tratados internacionales son aplicables a este caso, tales como la Convención de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados, la Convención Americana de Derechos Humanos, esta última, desarrolla los postulados del debido proceso que en un caso como este se debe seguir destacando la relevancia que adquiere el Principio de No Devolución de existir indicios de que el solicitante pueda estar en riesgo de sufrir un daño irreparable.

El relato de Igor Grigorenko:

Explica Grigorenko que en Rusia aproximadamente un 10% de empresarios de alta nivel están perseguidos por la misma causa. El artículo 159 de código penal ruso es con frecuencia mal utilizado y con ello se cometen abusos donde las personas terminan perdiendo sus propiedades. El abuso de poder, la corrupción en el poder judicial y en la policía es una realidad que se vive cada día en Rusia y sobre todo en pequeñas ciudades como Voronezh donde la ley no existe y donde se ventila la causa contra el empresario ruso. Hace unos meses en esta ciudad torturaron a unos estudiantes acusados del robo, poniéndoles bolsas plásticas a sus cabezas para que acepten su culpabilidad.

“Yo soy una persona de buenos costumbres, toda mi vida está en Costa Rica. Yo amo a este país y quiero vivir aquí toda mi vida. Salí hace años de Rusia, este es mi hogar”.

Grigorenko padece de enfermedades crónicas confirmadas por médicos forenses y judiciales en cárcel.

Agregó a pesar de todo cuanto he padecido injustamente en las cárceles costarricenses, separado de mi esposa, mi mayor temor sigue siendo el que me retornen a Rusia por un delito que no he cometido, y donde sé, que además de nunca encontrar justicia, será además torturado para forzarme a la firma de una declaración de culpabilidad, sé perfectamente lo que me espera, no duermo, sufro de un profundo estrés y de arritmias cardíacas, pesadillas. En las cárceles de Rusia la vida humana vale muy poco. Y temo que pueden matar a mi para apoderarse las propiedades de mi parte.

Expresó que confía en las autoridades costarricenses tanto las que ventilan su caso de extradición como las que valoran su caso de refugiados.

Espero que en este país se me haga justicia, y se concluya en el carácter fraudulento e infundado de la solicitud de extradición, se determine con claridad el riesgo de sufrir tortura al que estoy expuesto de ser devuelto. No soy un riesgo ni una menaza para nadie, tengo arraigo con este país desde hace años, he generado empleo para muchos costarricenses, por lo que confío en que puedan permitirme regresar al lado de mi esposa, mientras espero por una respuesta a mi solicitud de refugio, la cual puede tomar aún mucho tiempo en resolverse.

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