El viaje de la ira

La importancia de llamarse Carlos Alvarado y ser el Presidente de la República de Costa Rica, “no es galleta” y; demanda gastar su peculio privado, legal y confidencial para viajar con la familia a Punta Islita; un lugar precioso, regalo de la natura.

La importancia de ser un ministro de Estado le sigue al mandatario, debido al hecho que tiene por la Constitución, la obligación de honrar todos los tributos que deben ingresar al Demanio sin demora alguna y; en forma total, lo cual debería ser un ejemplo a imitar; un “sueño de cannabis” ¿Dimitir?.

En el terruño; gracias al Todopoderoso y a la centenaria democracia, todo se arregla pacíficamente con el diálogo; pero nunca jamás de los jamás, copiamos a un rey nórdico que salía en bicicleta de su mansión real para comprar la leche a su familia, era un monarca “Rara Avis”, que nunca llegaremos a igualar y; muy lejos de parecerse al emérito romano que se marchó de España por… “chorizos reales”.

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