A pesar de que tenemos los tres Poderes de la República como cualquier democracia, los costarricenses sentimos extraños y muy lejanos a esos tres Poderes. Vamos a votar cada cuatro años en las elecciones nacionales y, sabemos que con nuestro voto, elegiremos a 57 personas para el Poder Legislativo y a 3 personas para el Poder Ejecutivo. En total, 60 personas electas por el pueblo, es el resultado de las rutinarias, rudimentarias, desactualizadas y aburridas elecciones nacionales. Debe ser por eso, que el abstencionismo se está tragando a nuestra democracia. Sin embargo, el más extraño y lejano es el Poder Judicial. De ese Poder no elegimos a nadie. Del Poder Judicial, lo que más conocemos son las noticias de los esporádicos salacuartazos y, de la presa de casos judiciales en trámite, que compiten con las listas de espera de la CCSS.
De las 60 personas que elegimos cada cuatro años, sabemos que ya habían sido seleccionadas previamente, por unas cuantas decenas de asambleístas de cada partido político, como uno de los pocos requisitos del TSE. De los nuevos Padres de la Patria, sabemos que la mayoría son principiantes y los otros son repitentes. A falta de programas de gobierno propios, llegan a enterarse de los proyectos inconclusos heredados de los diputados anteriores y, a ver qué se podrá hacer en su gobierno de turno. Y de las 3 personas del Poder Ejecutivo, sabemos que el nuevo presidente, es el que nombra a todo el resto del nuevo equipo de gobierno y, se supone que este Poder, sí trae preparado un plan de gobierno.
Qué maravilla la internet y las redes sociales actuales. para enterarnos de inmediato de todo lo que hacen y no hacen los gobiernos de turno. Antes había que depender de periódicos y noticieros apenas para medio enterarse de lo que ya se había hecho y que de por sí, ya nada podíamos hacer. Era la época del periodismo como el Cuarto Poder de las democracias. El problema de las democracias es que en sus 3 Poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, además de su obligación de llevar a cabo bien su trabajo, con eficiencia, se supone que también, entre ellos, como poderes, deben controlarse.
Ahí está lo difícil, quién controla a quién, si todas las instituciones de esos 3 poderes, son lo que se conoce como el sector público y, la otra parte del país es el sector privado. El sector público sí tiene acceso a controlar al sector privado y, ¿quién controla al sector público? Por ejemplo, se aprueban privilegios de todo tipo en las convenciones colectivas, por encima del Código de Trabajo y resulta que todo, y solo el sector público se beneficia. Hasta que muchísimos años después y solo por milagro, la Sala IV se da cuenta que hay un montón de artículos inconstitucionales. Entre estos abusos, se les baja el abuso de la cesantía de hasta 20 años a 12 años, pero dice la prensa que hay instituciones como el CNFL y JAPDEVA, que hasta la fecha, siguieron con el abuso de los 20 años. ¿Y las sanciones?
También, entre otros privilegios, hay otro aguinaldo, en enero de cada año, mal llamado salario escolar y qué casualidad, también en todo y solo en el sector público. Pero también hay que eliminar entre tantas y tantas fugas de los recursos públicos, de una vez por todas, las pensiones de lujo, las actuales y todas las que están haciendo fila, compitiendo a ver con cuál se quiebra a Costa Rica. De casualidad también, todas, en todo y solo en el sector público. Luego nos enteramos del caso cochinilla, del caso diamante, de los recursos ilimitados y sin control del FEES, de la trocha, de pagos de más por miles de millones difíciles de recuperar en varias instituciones públicas, etc.
Está fácil. Sólo hay que desarrollar los temas de reactivación económica, que estamos esperando provengan del nuevo gobierno. Para eso es un nuevo gobierno. Pero no es con las ventas imposibles del BCR ni de una parte del INS. Es muy difícil encontrar inversionistas, interesados en comprar instituciones públicas que tienen sindicatos, sindicalistas, privilegios salariales, convenciones colectivas abusivas, salario escolar, pensiones de lujo, derechos adquiridos, leyes del Estado que las protegen y les aportan fondos, etc. etc. Los bancos y las aseguradoras, como muchas otras actividades económicas, que eran exclusivas del Estado, hace muchos años que tienen participación del sector privado. Las soluciones son muy fáciles si todas auditorías internas, contralorías y demás instituciones encargadas de controlar el gasto público por fin entendieran que su trabajo es muy necesario e importantísimo para Costa Rica, aunque sus salarios y privilegios sean pagados por cada institución, su deber inicial y final es para Costa Rica, porque de lo contrario nunca van a alcanzar ni más impuestos ni más préstamos, para cubrir tantas y tantas fugas de los recursos públicos.
Segundo año de este nuevo gobierno y hasta ahora, solo hemos tenido períodos muy poco productivos de sesiones legislativas, complementado con unos cuantos decretos difíciles de entender provenientes del poder ejecutivo y, reelecciones inconvenientes de hasta 8 años en el poder judicial, cuando hay otros miles de costarricenses que también podrían hacer más y mejores cosas y en períodos de 4 años y sin innecesarias reelecciones. Claro que el cuarto poder en las democracias, el periodismo, ha tratado de hacer su parte. Pero ahora hemos podido ver este cuarto poder ampliado, con la participación de más y más costarricenses, por medio de todas las redes sociales. Vamos lento pero vamos bien. El TSE debe ayudar más a disminuir el abstencionismo, no solo pagando publicidad para ir a votar.