Según el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, para el año 2050 habrá 1.5 billones de personas (16% de la población mundial) con edades de 65 años y más. Pero lo más importante es que para el año 2050, las personas de 65 años vivirán un promedio de 19 años más. Estos 19 años son realmente el foco de atención y adonde deben concentrarse los esfuerzos para hacer que la vida de este importante grupo de población sea plena y digna.
En Costa Rica, el tema del envejecimiento no es muy diferente. En el año 2008, las personas mayores de 65 años representaban un 6.2% de la población. Para el año 2060, se espera que los adultos de 65 años o más representen un 24.9% de la población (más o menos 1.4 millones de personas).
El envejecimiento de la población no debería ser motivo de presiones sociales apremiantes, si se aplican políticas públicas apropiadas con la anticipación adecuada. Desafortunamente, los esfuerzos que se han hecho en Costa Rica en este sentido han sido aislados, y en su mayoría inefectivos, sin mencionar la grave situación en la que se encuentran los sistemas de pensiones.
Los gobiernos deben apoyar a este cada vez más importante segmento de la población, con educación continua, empleo digno, servicios de salud y seguridad. Todo esto debe estar enmarcado por un ambiente amigable que respete, sin actitudes ni infraestructura discriminatoria, las condiciones especiales de los adultos mayores.
Se debe promover e incentivar a los empresarios a dar empleo a las personas mayores (tanto hombres como mujeres), Esto es aún más importante y necesario, si se tiene la intención de aumentar la edad de jubilación. Si este aumento de la edad de jubilación (como algunos políticos han sugerido) se hace sin acciones que faciliten el empleo de los adultos mayores, en buen estado de salud física y mental, se estaría condenado a esta población a la más absoluta pobreza, debido a la discriminación de la que son objeto.
Según las Naciones Unidas, las acciones de política pública que buscan mejorar la vida de las personas mayores, permitiéndoles vivir una vida activa y saludable tanto física como mental; son las siguientes:
Empleo. Muchos adultos mayores están, y estarán, en buenas condiciones físicas y mentales por bastante tiempo después de los 65 años (unos 19 años en promedio, Es indispensable que se mantengan activos y útiles. Sin embargo, el mercado laboral los discrimina y excluye (tanto a hombres como a mujeres) por lo que es importante promulgar leyes que incentiven su empleo en condiciones que hagan que su contratación sea atractiva tanto para el empleador como para el adulto mayor.
Participación Social. Es bien sabido que los adultos mayores requieren de una participación social que les permita ser tomados en cuenta y valorados por sus familiares y la sociedad. Cuando hablamos de participación social, la participación política es un área en la que los adultos mayores son discriminados y excluidos, de la misma forma en que los son en el mercado laboral. Por lo tanto, reformas legales deben ser promulgadas para promover su participación política.
Vida independiente, saludable y segura. Sin duda, la vida independiente de los adultos mayores depende de un ingreso que les permita ser autosuficientes, tener acceso a la salud y vivir una vida segura. En este sentido, se deben hacer mucho más para incentivar el ahorro de la generación joven con el objetivo de proveer un ingreso razonable para sus años de retiro. El sistema de ahorro complementario es un buen paso en este sentido. A pesar de ello, se le debe dar más incentivos para las personas en edad laboral tengan más opciones de ahorro con un mejor equilibrio entre riesgo y rentabilidad. Con relación al sistema de pensiones, especialmente el IVM, quiero llamar la atención sobre lo siguiente: Primero, el fondo de pensiones debe ser administrado de la misma forma en que lo hacen los mejores fondos de pensiones del mundo: con total transparencia (los cotizantes deben recibir un estado de cuenta mensual con el detalle de los aportes y sus rendimientos), diversificando entre inversiones con una relación riesgo – rentabilidad balanceada (la inversión en obra pública tiene muy una buen relación riesgo- rentabilidad), diferentes actividades, y tipos de inversión (acciones, bonos, inversión directa, etc.). y lo más importante: invertir en los países donde se encuentran las mejores opciones. Segundo, los holandeses, tienen los mejores fondos de pensiones del mundo. Ellos pueden ayudarnos a estructurar un sistema moderno y eficiente, que provea el aumento en rentabilidad que requiere el régimen de IVM. Tercero, todo el sistema de seguridad social, incluyendo las pensiones, está sufriendo severamente por la caída en la cantidad de cotizantes a la CCSS. Esto es producto de tres hechos: el alto desempleo, la altísima informalidad (tanto uno como el otro son producto en gran medida de las altas cargas sociales) y la enorme deuda que el gobierno mantiene con la CCSS.
Ambiente e infraestructura pública amigable. En este sentido, hay algunas preguntas que deben ser respondidas:
¿Cómo se adaptará el lugar de trabajo a una fuerza laboral de adultos mayores?
¿Cómo se adaptarán los lugares públicos y el transporte, para que sean amigables a los adultos mayores?
¿Cómo se adaptará la medicina a una atención crónica más compleja y extendida?
Llegó el momento para que el gobierno actué efectivamente ante este desafío ineludible, para así responder a las necesidades de una población adulta mayor que, en Costa Rica, llegará a 1,4 millones de personas en el año 2060.
En este sentido, hago un llamado a los candidatos presidenciales que iniciarían la campaña política en las próximas semanas, a incluir acciones concretas en sus programas de gobierno para beneficiar a este importante sector de la población.
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