En estos momentos tan trascendentales para la sociedad costarricense, se hace menester hacer una reflexión sobre el sustento histórico filosófico de los principios y valores que sustentan la ideología y el quehacer político del Partido Unidad Socialcristiana.
Cabe apuntar en primer término, que es preciso anotar hechos históricos relevantes, que marcan el derrotero de un pensamiento que se plasmó desde 1940 en la gran transformación social y económica que experimentó Costa Rica, como primer país en América Latina en ejecutar una Revolución Humanista en lo socio-económico inspirada en la Doctrina Social de la Iglesia Católica.
Esa es la génesis de un compromiso con la dignidad de la persona humana, la justicia social, la solidaridad, la construcción de una sociedad equitativa y solidaria comprometida con el desarrollo integral de esa persona humana, para que sea más persona y realice más como persona, para que pase de condiciones de vida menos humanas a condiciones de vida más humanas; esa es la génesis distintiva de un partido político que ha aportado a Costa Rica grandes transformaciones sociales, económicas y políticas, y que hoy sin ambages y de frente contra cualquier detractor o mercader de la política debemos defender y enriquecer.
De la INTRODUCCIÓN de la CARTA SOCIALCRISTIANA A COSTA RICA, tomamos el siguiente apartado:
“En las elecciones de 1940, en ese entorno político, bajo el alero del denominado Partido Republicano Nacional, ascendió al solio presidencial con un respaldo popular incuestionable el doctor Rafael Ángel Calderón Guardia, que como fiel intérprete de la doctrina social de la Iglesia Católica y con el bagaje obtenido como regidor Municipal y diputado en varias ocasiones, logró la derogatoria de las leyes antirreligiosas de finales del Siglo XIX, restituyendo la libertad de enseñanza con participación de las órdenes religiosas, consolidando así el viejo anhelo de su progenitor, el humanista cristiano doctor Rafael Calderón Muñoz.
Sin ser un partido confesional nunca negaremos, ni abdicaremos nuestra adhesión a la Doctrina Social de la Iglesia Católica contenida en las Encíclicas Sociales de los Sumos Pontífices : León XIII, Pío XI, Juan XXIII, Paulo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. Seguimos sus derroteros por su visión humanista de la Sociedad y del Mundo, porque es la esencia del Socialcristianismo.
En la misma INTRODUCCIÓN de la CARTA SOCIALCRISTIANA A COSTA RICA podemos leer las siguientes palabras del Expresidente don José Joaquín Trejos Fernández:
““Sobre la base de principios de justicia social que ya formaban parte de nuestra institucionalidad costarricense… nos tocaba ahora abocarnos a la cuestión social… teniendo como meta la preservación de los valores que atribuimos a la dignidad de la persona humana, de acuerdo con nuestra tradición occidental y con los principios del cristianismo, en los cuales el hombre como dueño de su destino esperaba que la acción del Estado, en procura de más elevadas metas de bienestar, fuera únicamente subsidiaria y complementaria de la que realizaba el hombre o la comunidad para lograr su propio progreso y perfeccionamiento.”
Y los sucesivos Gobiernos del PUSC han sido consecuentes con los ideales del movimiento Socialcristiano, los han concretado en obras, en leyes y en instituciones, cuyo primordial objetivo ha sido: ( de la CARTA SOCIALCRISTIANA A COSTA RICA)
- Contemplamos un país en el cual son universales el respeto de los derechos humanos y la dignidad humana, el estado de derecho, la justicia, la igualdad y la no discriminación; para que pueda realizarse plenamente el potencial humano y para contribuir a una prosperidad compartida; una sociedad que invierta en su infancia y donde todos los niños crezcan libres de violencia y explotación; un país en el que todas las mujeres y niñas gocen de la plena igualdad entre los géneros y donde se hayan eliminado todos los obstáculos jurídicos, sociales y económicos que impiden su empoderamiento; una Costa Rica justa, equitativa, tolerante, abierta y socialmente inclusiva en el que se atiendan las necesidades de los más vulnerables. Creemos en la igualdad de derechos y la no discriminación de las personas por sus diversas preferencias. Consideramos que los derechos personales y patrimoniales de las parejas deben ser protegidos por la Ley, sin que ello implique la alteración del concepto de matrimonio entre hombre y mujer establecido en el Código de Familia.
Esta es nuestra firme convicción, es nuestra firme adhesión a la Doctrina Social de la Iglesia Católica, y nada que menoscabe nuestro compromiso será posición oficial del Partido Unidad Socialcristiana.
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