Primero fue Cuba, luego Venezuela y Nicaragua, a ellos les siguieron Chile, Perú y Colombia… todos sucumbieron ante la izquierda del Siglo XXI, ninguno tenía un plan B y cuando cayeron su pueblo sufrió.
Dado que hace 20 años nadie veía el problema en Venezuela. ¿Tiene Costa Rica un PLAN B para protegerse de la nueva izquierda o estamos repitiendo los errores venezolanos?
Todos sabemos que los síntomas no se ven cuando todo está pasando, pero es un gran error subestimar los hechos sólo porque creemos que somos infalibles y los últimos 8 años hicieron mucho daño al país, tanto que aún hoy sus secuelas estatistas – socialistas siguen dañando las bases democráticas del país.
Costa Rica está tan expuesta al socialismo del Siglo XXI como lo estuvo Venezuela, de hecho según los que ya pasaron por ahí, el país presenta evidencias que nos deben llamar a la reflexión.
El tico es bueno, no tenemos ejército, la necesidad abunda y las oportunidades son limitadas, eso hace que debamos tener cuidado para que el virus controlador y manipulador de la izquierda disfrazada no haga de las suyas como en los países ya expuestos.
El plan B debe estar activo, listo para implementarse, y debe sustentarse en los pilares de la democracia y de la República. Su botón de pánico, para ponerlo en marcha, debe activarse cuando se dé un ataque sistemático contra la educación, la salud, la seguridad, el trabajo y la riqueza, porque es cuando ellos, los otros, plantean igualar a la población “hacia abajo”, es decir, reduciendo las oportunidades para que todos sean iguales entre sí.
En ese momento los medios de comunicación, el Congreso, la Defensoría de los Habitantes, el sector productivo y la nobleza de las personas deben darse cuenta que llegó la hora de ser realistas y que deben hacer frente al ataque de la izquierda del Siglo XXI.
Como decía la Madre Superiora en el Colegio donde estudié: en guerra avisada, no muere soldado. Costa Rica está a tiempo de salvarse pero debemos estar atentos a los síntomas de la enfermedad para poder actuar.
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