Estamos enredados en un verdadero pandemonio, de no confundir con la pandemia que el diccionario Larousse explica como:” La capital imaginaria del infierno y en otra versión, un lugar donde reina el desorden” (Sic).
Como si no fuera suficiente el tamaño problema de la pandemia, un grupillo de ex políticos fracasados; con fines politiqueros y baratos, nos receta los bloqueos del tránsito para protestar algo que todo el mundo sabe; la precaria situación económica del País. De última hora; les salió el tiro por la culata, pues se les ¿infiltraron? los delincuentes comunes y los narcotraficantes, ambos bandos conocidos por la policía que perpetraron desordenes y daños de todo tipo cuyas facturas deberán pagar los responsables líderes de “Rescate Nacional”, que quieren zafarse de los maleantes para quedar libres de polvo y paja.
Como si no fuera suficiente; estamos enfrascados en la Reforma Fiscal un sainete de vaivenes cuyo Adefesio que no tiene nombre, pretende gravar las empresas de las zonas francas que residen en Costa Rica, justamente se radicaron para aprovechar de los incentivos fiscales; de quitárselos, se marcharían a otros países; a última hora, se eliminó por suerte del proyecto.
De nuestra cosecha; opinamos, que en línea general; los latinos no quieren honrar los impuestos, porque tal vez; como santos inocentes, consideran que el Estado que los recibe es algo ajeno a ellos; mientras que los vivillos sospechan que los dineros acaben en los bolsillos de los funcionarios públicos y que las obras no se llevan a cabo con los ingresos del Erario por la misma razón.
En otro tema, sin viso de parar se suceden las violaciones y los homicidios alevosos de las mujeres, que el Organismo de Investigación Judicial (O.I.J.), a veces demora en sus pesquisas a causa posiblemente de la falta de medios técnicos adecuados.
Luego de esta diatriba hacemos votos, para que pronto se transforme este caos social en diálogos productivos y; desde luego, sin bloqueos, como siempre ha sido nuestra centenaria democracia, hay que RESCATAR la honradez, el patriotismo y la decencia “Memento homo”.
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