Nuestra amada nación llevaba desde 2006 con la victoria de Óscar Arias bajo la dirigencia de políticos de izquierda, 2 victorias del PLN y del PAC le hicieron mucho daño al país en diversos temas como sería el gasto público que ha aumentado casi 5 veces desde que Arias fue reelecto y sin duda esto solo es sinónimo de más impuestos, pero no vamos a referirnos tanto a estos temas para este artículo.
Enfoquémonos en algo, la evolución política de Costa Rica. Como lo indica el título del artículo vamos a hacer un análisis sobre el futuro del país en la política, en las futuras elecciones de cara a 2026 y también el enfoque de las municipales.
Costa Rica a diferencia de países como Chile, Argentina, España, EEUU, Brasil, Perú, Uruguay, entre otros, no hemos tenido avances en la política y mucho menos en los partidos, llevamos décadas siguiendo un modelo poco efectivo de izquierda que se codea con la derecha y viceversa, como fue claro en el gobierno de Carlos Alvarado parecía que el PLN, PAC y PUSC gobernaban en coalición, aprobaron muchos proyectos que solo resultaron en aumento del gasto público y mayor cantidad de cargas tributarias, aparte de los procesos burocráticos inútiles que solo funcionaron para hacer al mercado más restringido… Es más que claro que ese triangulo partidario ha quedado con muy mala imagen y si no fuera por el hecho de que el PUSC y PLN usaron a figuras conocidas no habrían sobrevivido a las elecciones.
La evolución más destacada en la política costarricense fue en 2010, cuándo el Movimiento Libertario, que fue un partido bastante destacado por sus luchas contra pensiones de lujo, alcanzó a estar en tercer lugar en la elecciones presidenciales y con 9 diputados, aunque lastimosamente esta evolución a un camino con una derecha de oposición terminó fracasando luego de distintos problemas entre 2014 y 2018.
Al no tener un partido de oposición destacable era bastante obvio que la Asamblea Legislativa de 2018-2022 no tendría trabas para hacer lo que quisieran y con unos conservadores poco competentes como lo fueron Restauración Nacional y sus divisiones en Nueva República sólo sería aún más fácil el llevar impuestos a cada rincón del país.
La evolución de la política costarricense tomó un rumbo ridículo, progresismo, estatismo, falsas políticas de igualdad y políticas ambientales cuestionables fueron como darle cientos de disparos a los costarricenses. Como mencionamos, la muerte de los libertarios y la inutilidad de los conservadores fue de lo peor que le pudo pasar a los costarricenses.
En Costa Rica no existe el fenómeno de nueva derecha, o bueno, realmente sí existe, pero no tiene tanta relevancia como lo es en España con VOX liderados por Santiago Abascal, o La Libertad Avanza de Javier Milei, incluso podemos nombrar a Nayib Bukele y el partido Nuevas Ideas, hasta podemos mencionar a José Antonio Kast quién fue la representación del Partido Republicano de Chile. En nuestra tierra no tenemos a esta clase de líderes y tampoco a partidos que representen estas uniones entre liberales, conservador y patriotas, como la esperanza de la fuerza laboral, de la cultura, de la educación de verdadera calidad… No los tenemos.
El presidente electo, Rodrigo Chaves, no es precisamente esa figura de liderazgo, pero sienta una base para la creación de una nueva derecha, sienta la base de que una parte de los ciudadanos están hartos de los políticos de siempre y el abstencionismo muestra que no existen figuras con la que la ciudadanía se sienta identificada.
Chaves no será el salvador de Costa Rica, no será un Trump o Bolsonaro que reviva la economía, pero sí puede crear unos cimientos para el futuro de la política, un futuro en el que pudimos ver la unión entre distintas corrientes ideológicas para el Poder Ejecutivo. Tenemos a Natalia Díaz, la exponente de una nueva generación de liberales, ella sería el mejor ejemplo de esta unión política entre distintas ideologías.
Los costarricenses sentamos las bases para la creación de un nuevo sistema político, nuevos partidos para representar a la ciudadanía con una fuerza distinta a lo típico del PLN.
Lastimosamente todo lo mencionado será al futuro, pese a la derrota de José María Figueres Olsen no estamos en una buena posición con los nuevos legisladores, aunque se ha demostrado que se están ubicando en la centro derecha y eso podría ser buena señal.
El PLN está demostrando que al menos quiere disimular ser bueno para no quedar extinto como el PAC.
El PUSC se apoyó en figuras jóvenes, personas con buenas ideas, pero que necesitan ser pulidos para que en verdad puedan ser los políticos del pueblo.
El PPSD no viene con juventud, pero sí con nuevas caras que quieren trabajar y liderados por una persona muy querida por los costarricenses, como lo es Pilar Cisneros.
Nueva República como hemos mencionado, fue un fracaso para la Asamblea 2018-2022, son conservadores no adaptados al cambio, pero que están a tiempo de mejorar para el futuro.
El PLP representa a un liberalismo no tan bueno como el de Movimiento Libertario, pero haría falta ver que tan eficientes son y no se convierten en simples habladores de las redes sociales porque eso es lo que aparentan, no muestran un liberalismo al 100%.
El Frente Amplio comenzó con el pie izquierdo, si no fuera por Villalta el partido estaría extinto al ser un hermanito cercano del PAC. Han utilizado discursos baratos para ganarse a grupos que no son tan intelectuales.
El panorama político al futuro se ve bien, es posible que veamos el nacimiento de nuevos partidos y el funeral de otros si no se renuevan, pero esto es solo una simple opinión de un ciudadano… Cada quién tiene sus propias palabras y pensamientos para esta situación.
La próxima vez seamos más responsables al elegir políticos, hay muchos que vendrán en camino que tal vez no sean tan estudiosos, pero sin duda marcarán una diferencia si se lo proponen y si lo exigimos.
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