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El “Friend Shore”: Una oportunidad estratégica para Costa Rica

» Por María Isabel Llamas Echeverría - Asambleísta Nacional PUSC y Presidenta del Concejo Municipal de Desamparados

En el contexto de las nuevas dinámicas comerciales globales, un concepto ha ganado fuerza en las discusiones sobre comercio y geopolítica: el “Friend Shore”. Este término, que está reconfigurando las relaciones internacionales, no solo hace referencia a la proximidad geográfica, sino a la alineación de valores y principios económicos entre los países. Estados Unidos, en su búsqueda de diversificar las fuentes de suministro y reducir su dependencia de mercados considerados estratégicamente riesgosos, ha comenzado a valorar a aquellos países que no solo estén cerca, sino que compartan principios democráticos y una visión económica alineada con los intereses de Washington.

Costa Rica, un país con una sólida reputación de estabilidad política, democracia y apertura al comercio, se encuentra en una posición estratégica para beneficiarse de esta tendencia. Sin embargo, la clave para aprovechar esta oportunidad no es solo seguir el camino del “nearshoring” del cual hable hace algunos meses en un artículo del ELMUNDOCR, sino posicionarse de manera activa como un socio comercial confiable en el nuevo orden global, lo que implica un acercamiento más cercano y estratégico con Estados Unidos.

El Auge del “Friend Shore”

El término “Friend Shore”, a menudo utilizado por figuras de la política estadounidense, especialmente durante la administración de Donald Trump, trasciende la simple proximidad geográfica de los países. Mientras que el “nearshoring” tradicional se refiere a la reubicación de fábricas y centros de producción en lugares cercanos a Estados Unidos, el “Friend Shore” introduce una dimensión adicional: la afinidad política y económica. Se trata de buscar no solo vecinos cercanos, sino aliados confiables que compartan un compromiso con la democracia, el Estado de derecho y la estabilidad económica.

En un escenario marcado por la creciente competencia global, la guerra comercial con China, y los efectos disruptivos de la pandemia en su momento, la administración Biden y el presidente Trump han subrayado la importancia de reducir la dependencia de países cuyos intereses no estén alineados con los de Estados Unidos y así lo ha dejado claro en sus ultimas participaciones, literalmente dijo “como nos traten, así serán tratados”, evitar que otros países nos roben el momentum es clave.

Así, Estados Unidos busca ampliar y consolidar una red de socios estratégicos en América Latina, Europa y Asia, apostando por economías que no solo sean competitivas en términos de costos, sino también confiables desde el punto de vista político y social, es claro que temas como la red 5G es un punto clave de acuerdo a la posible visión que pueda tener el próximo gobierno del señor Trump y fuera de prejuicios de intereses individuales del gobierno, lo cierto del caso es que hay que ver el “big picture” como dice un compañero del concejo Municipal de Desamparados .

En este contexto, Costa Rica se perfila como un candidato ideal para ser considerado un “Friend Shore”. Su democracia estable, su reputación como un destino atractivo para la inversión extranjera y su cercanía geográfica con el principal socio comercial del país son factores que la posicionan favorablemente. No obstante, esto solo será posible si Costa Rica adapta su estrategia internacional a las nuevas exigencias de Washington, que no solo busca proximidad, sino también una alineación más profunda en áreas clave como la seguridad, la tecnología y la sostenibilidad, hemos sido aliados confiables y hay que dejarlo verlo.

El reto de la reciprocidad

La administración Trump, en particular, ha insistido en que las relaciones comerciales deben ser recíprocas. Este principio, que pone énfasis en que los países deben recibir tanto como ofrecen, subraya la necesidad de que Costa Rica no solo se beneficie de su cercanía geográfica, sino que también sea un socio alineado en términos políticos y económicos. El presidente Chaves tiene ante sí la oportunidad de fortalecer aún más la relación bilateral con Estados Unidos, pero para ello deberá actuar de manera decisiva, impulsando políticas que no solo atraigan inversión, sino que también refuercen la percepción de Costa Rica como un aliado estratégico confiable, proponer acciones claras sobre la inmigración ilegal, que no solo los afecta a ellos sino también podemos relacionarla con la actual crisis de seguridad de nuestro país.

Si Costa Rica desea mantenerse como un destino preferido para las inversiones de Estados Unidos, debe demostrar que no es solo un lugar en el que se puede reducir costos de producción, sino que también comparte valores clave que son importantes para el país del norte. Esto significa avanzar en áreas de cooperación como la sostenibilidad, el “Fair Trade” entre países que tratare más adelante, la inteligencia artificial y las energías renovables, sectores en los cuales Costa Rica tiene una clara ventaja competitiva.

El papel de Costa Rica en la Red de Alianzas Regionales

En un momento en que las tensiones con China y la competencia por atraer inversiones de Estados Unidos se intensifican, Costa Rica debe ser proactiva en redefinir su papel dentro de América Latina. El país tiene una reputación establecida como un destino de inversión confiable, pero no puede permitirse descansar en esa posición. La competencia es feroz, especialmente con naciones como México, Colombia y Panamá, que también están haciendo esfuerzos significativos para estrechar sus lazos con Estados Unidos sin embargo hay una gran oportunidad al ver que los gobiernos de Mexico y Colombia no son grandes amigos del presidente republicano y a pesar de cuidado de Gustavo Petro y Claudia Sheinbaum de no entrar en conflictos mas grandes, no durara mucho en que los subsidios de Mexico acaben y volvamos a un ambiente de tarifas.

La clave para Costa Rica será no solo aprovechar su proximidad geográfica, sino posicionarse como un socio integral en áreas estratégicas. Esto implica no solo un enfoque en el desarrollo económico y la inversión, sino también un compromiso con temas que son cruciales para los intereses de Estados Unidos en la región: desde la protección ambiental hasta la seguridad regional. En un contexto donde la política exterior de Washington está cada vez más centrada en la sostenibilidad, la innovación tecnológica y la lucha contra el cambio climático, Costa Rica tiene los ingredientes para destacarse como un líder en estas áreas.

El presidente Chaves tiene, por lo tanto, la oportunidad de reactivar una visión para el país que lo convierta en un aliado clave no solo para Estados Unidos, sino también para el resto de América Latina. En lugar de seguir un modelo tradicional de “nearshoring”, Costa Rica debería enfocarse en ser un “Friend Shore” capaz de ofrecer algo más que bajos costos y proximidad: un compromiso claro con las políticas y principios que definen el futuro económico global.

La estrategia de Costa Rica: Un aliado fiable y competitivo

El concepto de “Friend Shore” refleja un cambio en las dinámicas de poder económico y comercial, donde la cercanía geográfica se complementa con la confianza política y económica. Para Costa Rica, esta es una oportunidad para consolidar su relación con Estados Unidos, aprovechar su estabilidad y liderazgo en sostenibilidad, y posicionarse como un hub de innovación y cooperación estratégica en la región. Esto no se logrará solo con gestos simbólicos o medidas a corto plazo; requiere una estrategia clara y un compromiso constante con los valores y las políticas que Estados Unidos considera esenciales en sus alianzas comerciales.

Costa Rica debe tener mucho cuidado con las tarifas arancelarias impuestas por otros países, especialmente por potencias como Estados Unidos en el futuro, creo que estas serán un agente a valorar en materia económica en los próximo 4 años. Aunque las tarifas son una herramienta común en las relaciones comerciales internacionales, pueden tener efectos negativos en las economías más pequeñas. En el caso de Costa Rica, un aumento en las tarifas sobre productos de exportación podría afectar gravemente sectores clave como el agrícola, el tecnológico y el de servicios, perjudicando a miles de familias que dependen de estos mercados internacionales especialmente el medico, necesitamos invitar a Bobby Kennedy y explicar lo que hace nuestro país en esta área.

Es vital que el gobierno de Costa Rica haga entender a la administración de Trump que las tarifas mal utilizadas pueden tener repercusiones económicas adversas para los países pequeños como el nuestro. Costa Rica es un socio comercial estratégico para Estados Unidos en temas como la protección ambiental que no ha dejado de ser un tema clave de nuestra imagen, la cooperación en tecnología, y la exportación de productos como el café y las piñas. Por lo tanto, el país debe buscar una protección más sólida en sus acuerdos comerciales, asegurando que las tarifas no sean una barrera que limite su crecimiento y desarrollo. Además, es esencial que el gobierno costarricense promueva un diálogo constructivo con Estados Unidos para proteger los intereses nacionales y garantizar que las tarifas no se utilicen como una herramienta de presión económica injusta.

En este contexto global, Costa Rica debe ser capaz de no solo adaptarse a las nuevas expectativas de reciprocidad de Estados Unidos, sino también avanzar hacia una nueva etapa en su relación con su principal socio comercial, convirtiéndose en un socio confiable, alineado y estratégico para las próximas décadas.

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