El fenómeno Trump en las elecciones 2024: Lecciones para Costa Rica

Lecciones de las elecciones de 2024 en EE. UU. para las elecciones de Costa Rica: Estrategia económica, marca personal y enfoque sensible hacia la ciudadanía

Las elecciones presidenciales en Estados Unidos de 2024 están revelando un fenómeno interesante: el resurgir de un mensaje económico centrado en las preocupaciones cotidianas de los ciudadanos. Donald Trump, pese a las controversias de su mandato anterior, ha logrado mantener una notable base de apoyo gracias a su habilidad para conectar con el descontento popular y hacer de la economía una bandera de lucha. Su estrategia, que combina un fuerte discurso sobre la recuperación económica con un enfoque de “salvar el país”, puede ofrecer valiosas lecciones a los políticos de Costa Rica de cara a las elecciones presidenciales de 2026.

  1. Conectar con las preocupaciones reales de la ciudadanía

El éxito de Trump radica en su capacidad para hablar directamente de los problemas económicos que afectan a las familias, como el costo de vida, los empleos y la seguridad económica. En Costa Rica, donde los niveles de desigualdad son elevados y las tensiones sociales aumentan, los candidatos deben enfocarse en transmitir soluciones claras y prácticas para los problemas económicos que afectan a los ciudadanos.

Una campaña exitosa debe demostrar un entendimiento profundo de los problemas cotidianos y ofrecer alternativas concretas. Los temas como la inflación, el costo de la canasta básica, la generación de empleos de calidad y el fortalecimiento del sistema de pensiones deben ser parte central del discurso. Sin caer en promesas populistas, los candidatos deben plantear propuestas realistas que demuestren cómo planean mejorar la situación económica de las familias costarricenses.

  1. Construir una marca personal fuerte y genuina

La marca personal es otro elemento clave en la victoria de Trump. Su figura es polarizante, pero innegablemente poderosa. Para los políticos en Costa Rica, la construcción de una imagen auténtica y cercana al electorado es esencial. Más allá de los mensajes, la forma en que un candidato se presenta ante el público puede marcar la diferencia. En el caso de Trump, su estilo directo, desafiador y sin filtros ha apelado a aquellos que se sienten marginados por las élites políticas tradicionales.

Los candidatos costarricenses deben ser capaces de diferenciarse de una clase política a menudo percibida como desconectada de la realidad nacional. La autenticidad y la cercanía son claves. La estrategia debe centrarse en crear una conexión genuina con las personas a través de la comunicación directa, el uso de redes sociales y la presencia en los espacios donde la gente vive sus realidades diarias. El liderazgo debe ser claro, confiable y capaz de transmitir tanto poder como empatía.

  1. Estrategia económica sin populismo

Una de las críticas más comunes al gobierno de Trump ha sido la falta de consistencia en las políticas económicas y la tendencia a adoptar medidas que benefician principalmente a las élites. Sin embargo, el discurso de “salvar a su país” y “reparar la economía” tiene un fuerte atractivo. En Costa Rica, los políticos deben evitar caer en el populismo, que a menudo promete soluciones rápidas y fáciles, pero que a largo plazo perjudican a la estabilidad económica del país.

La propuesta económica debe ser clara, coherente y sostenible. Esto implica una reforma fiscal estructural que promueva la competitividad del país, la inversión en infraestructura, el apoyo a las pequeñas y medianas empresas, y la mejora de la calidad de los servicios públicos. La clave es enfocarse en el bienestar de la mayoría sin caer en la tentación de medidas que solo ofrezcan alivios momentáneos. Además, el combate a la evasión fiscal y una reforma al sistema de pensiones deben ser temas prioritarios.

  1. Mano dura con enfoque pragmático, no populista

Una de las características que Trump ha sabido explotar es la imagen de firmeza y “mano dura” ante los problemas del país, especialmente en temas de seguridad y política exterior. Para Costa Rica, un enfoque similar puede ser eficaz, pero siempre con un matiz diferente, ya que el país tiene una larga tradición de paz y estabilidad política. La mano dura debe estar enfocada en la lucha contra la corrupción, la delincuencia y la desigualdad social, pero debe evitar caer en la retórica autoritaria o populista.

El discurso debe ser pragmático y basado en la ley y el respeto a los derechos humanos, lo que permitirá establecer una imagen de fortaleza sin sacrificar los valores democráticos fundamentales. La clave es mostrar firmeza en las decisiones sin perder el contacto con la realidad social y económica del país.

Las elecciones de 2024 en EE.UU. dejan claro que los votantes valoran a aquellos líderes que logran conectar con sus preocupaciones económicas, que proyectan una marca personal fuerte y auténtica, y que presentan soluciones claras sin recurrir a promesas populistas. Costa Rica, un país con sus propios desafíos económicos y sociales, tiene mucho que aprender de este fenómeno. Los políticos costarricenses que deseen tener éxito deben centrarse en una estrategia económica sólida, auténtica y enfocada en el bienestar de las familias, mientras construyen una imagen de liderazgo coherente y sensata. Solo así podrán captar el voto de una población cada vez más crítica y exigente.

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