Puede parecer una “lata” y una falta de respeto hacia los lectores sobre un tema que pellizca el arcano, pero que se la trae se la trae y; es la aprobación del préstamo para el Teatro Nacional, que un grupo de diputados varía constantemente de criterio y se opone a votarlo a favor en el segundo debate.
La pregunta es muy sencilla: ¿Por qué?, ¿hay un chorizo que nadie quiere revelar?, ¿demasiado dinero para una obra que no es esencial?, ¿hay algo más urgente? De nuestra cosecha, ¿protagonismo político?
El fantasma aletea entre las butacas y las bambalinas y; se posa sobre la tramoya mientras los votos para aprobar el préstamo no salen, se cierra el telón y “la commedia é finita”.
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