Con cierta sorpresa me enteré hace algunos días del deceso de quien en vida política se consideró así mismo como el adalid de la ética de la Política costarricense; este personaje suspiró casi que por voluntad propia su último hálito en medio de los escándalos que sacudieron aquello que según el defendía con pasión e hidalguía.
Fue un personaje que obtuvo su pico de notoriedad a inicios de este Siglo cuando, con un grupo de exmilitantes del PLN abandona sus filas, cansados de lo que él siempre llamó la “política tradicional”, para arropar una bandera de principios los cuales, sin ser novedosos, eran necesarios para intentar volver a creer en la acción política.
19 años pasó este personaje criticando, machacando hasta espetando las más ácidas elocuciones contra el bipartidismo, con lo que asumió y atrajo para sus tiendas partidarias la admiración, respeto y obviamente el caudal electoral para darle forma a una plataforma partidaria que no tenía mayor fundamento que hablar de la ética, los recursos públicos y contra el PLN y el PUSC; sencillo pero efectivo.
Esto le permitió darle un aire aparentemente fresco a la dinámica política durante la primera década de este Siglo. A pesar de su derrota en tres elecciones y de las peleas internas de las diversas fracciones legislativas de lograron elegir y que llegaron a dizque representar estos estándares éticos, el personaje se mantuvo firme, incluso tirando “tieso y parejo” contra sus copartidarios; ni el cafetín del Parlamento se salvó de sus críticas…
Llegó a la Asamblea Legislativa en 2014, por segunda vez, y utilizó su curul para mantener su estilo característico: tiró, condenó y después recogía las pruebas de supuestas faltas éticas contra todo lo que se moviera contrario a su pensamiento; y si bien la razón le asistía en muchas de sus observaciones por el abuso y mal uso de los recursos en la Administración Pública, no pudo evitar lo inevitable: cuando su partido llegó por primera vez al poder presidencial, la casa de cristal construida sobre sus estándares éticos, empezó a venirse abajo; el abuso del poder, el despilfarro de los recursos reflejado en la voracidad de viajes al exterior, muchos innecesarios, en la aceptación de pluses que no correspondían, las excusas por la negligencia con que ese primer gobierno asumió el mandato Constitucional empezaron a hacer mella en el adalid.
Cuando se vino el escándalo del llamado “Cementazo”, fue parte de la Comisión legislativa que lo investigó; pero omitió revelar que su familia tenía acciones en Holcim; pensó que ello no era relevante, pues él estaba por encima del bien y del mal…
Durante los últimos meses, este personaje se recluyó en las faldas de un presunto impedimento que lo inhibía de dar declaraciones u opinar sobre cuestiones éticas de su Gobierno, que lo llevó a renunciar en julio de 2018 como uno de los garantes éticos de la gestión presidencial.
Pero la salud ética de este personaje empezó a desmejorar en mayo anterior, cuando sendas revelaciones de este medio digital prácticamente señalaban que él fue quien propició lo que un tribunal competente de la República y posteriormente el de alzada ratificó como una estafa contra los recursos del Estado; lo que tanto dijo que su Partido protegía, los recursos públicos, la instancia judicial dijo que se apropió indebidamente.
El coup de grâce se lo propinó la semana anterior quien fuera el tesorero del partido en el proceso electoral 2010, uno de los dos peces pequeños, declarados culpables de la estafa, quien afirmó a El Mundo CR que el adalid era quien movía los hilos, quien hacía y deshacía; afirmó también que el PAC ya cobraba el 100% de la deuda política desde el 2006 y que aparentemente el adalid estaba enterado.
Cuestionado por los medios como el supuesto responsable de la estafa contra el Estado, en sus últimos pataleos preguntó a la opinión pública: “¿quién me nombró a mí defensor de la ética?” … pues él mismo, hace 19 años….
Así fue como presenciamos el fallecimiento del último adalid de la Ética en la Política costarricense… descanse en Paz …o más bien ¿podrá descansar en Paz?
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