Hace más de 40 años, durante el Gobierno del presidente Daniel Oduber, se tuvo la visión de crear un programa de créditos educativos que permitiera a las y los costarricenses superar su condición de pobreza a través de un título técnico o académico para aumentar su calidad de vida y la de sus familias a través de Comisión Nacional de Préstamos para la Educación (CONAPE).
Como institución semiautónoma del Estado, CONAPE ha contribuido en su historia a que más 100 mil personas cuenten con un título y puedan desempeñarse profesionalmente. Más del 60% de los préstamos otorgados corresponden a estudiantes de zonas de menor desarrollo, de los cuales a su vez un 65% se otorgaron a mujeres.
Con la suscripción de la Agenda 2030 en el año 2015 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, adquirimos como país el compromiso de: “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”.
En el marco de este compromiso, el pasado jueves 13 de septiembre dimos un nuevo paso en materia de educación superior, al aprobar en primer debate un fondo de garantías para la flexibilización de avales, de manera que CONAPE pueda ampliar el impacto de su gestión crediticia especialmente dirigida a jóvenes de escasos recursos y que como país, podamos mover la aguja en las brechas educativas por situación socioeconómica y ubicación geográfica.
La educación, además de brindar acceso y la posibilidad de adquirir recursos, se entrelaza directamente con la expectativa de empleo y la situación económica de nuestro país. Hemos dejado pendiente el preguntarnos: ¿cuál es el Estado que queremos y podemos pagar?
El Estado Costarricense aún no ha podido cumplir con el 8% del PIB dirigido a educación, a pesar del mandato constitucional. ¿Podemos pagarlo o estamos planteando una utopía? ¿Estamos soñando con una educación que el Estado no puede solventar? ¿Estamos dispuestos a pagar por el Estado que queremos y la educación que necesitamos?
Nos corresponde poder definir como costarricenses cuál es la educación que queremos, en materia de acceso, cobertura y calidad en todas las etapas del ciclo de vida de las personas y particularmente, insistir en la necesidad que tenemos de migrar hacia un sistema educativo enfocado en la ciencia, la tecnología y la innovación, que permita a nuestros estudiantes incorporarse al mercado laboral una vez que concluyan sus estudios universitarios y a la vez, contribuir a la productividad.
¿Cómo hacer para que más personas regresan a las aulas a estudiar, a prepararse, a superar sus expectativas hacia el futuro? Esta tarea nos tiene que quitar el sueño para poder tomar acciones, y a la vez, ponernos a pensar en la responsabilidad de las universidades de incentivar carreras que el mercado laboral demanda para evitar la frustración de sueños y expectativas de vida.
En el marco de esta tarea, CONAPE debe fortalecerse y cuenta con mi apoyo en la vía de incentivar los estudios universitarios en áreas de alto valor y demanda como ingeniería, ciencias, matemáticas y tecnología. Esto de la mano con un compromiso de poder mejorar y actualizar la metodología para la recuperación de créditos, de manera que más jóvenes puedan seguir beneficiándose de los fondos con los que cuenta la institución.
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