Por desgracia; en los últimos días se han dado en el País, unos homicidios de niños por manos de sus propios padres y madres que provocan una ira incontenible en contra de los asesinos, pese a la costumbre de criticar que las comparaciones son odiosas. En el caso nuestro; hay que abordar el tema de la justicia, cuyos jueces italianos, desde hace muchos años, en un proceso sonado que dio la vuelta al mundo entero, lograron acabar, aunque fue por un tiempo, con “la cosa nostra”, sentenciaron a casi tres mil años de cárcel a los mafiosos y a sus capos a 19 “ergastolo”, que fueron prisión de por vida a cada uno, amén de que el “buen comportamiento” de los reos no fue tomado en cuenta para las reducciones de las penas, como se estila en algunos países. Los padres afortunados de sus hijos quienes no han sido secuestrados y menos asesinados, opinan con cierta ligereza, que la pena capital no resuelve nada, los homicidas deben ser marginados de la sociedad, para no reincidir en las matanzas. El problema de la pena máxima siempre ha sido y será un tema controversial, pese a eso; creemos que una madre y un padre que matan a sus propios hijos, merecen de sobra la cárcel de por vida.
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