En el mundo las personas están envejeciendo en la mayoría de los países para no decir en todo el planeta. Esto lo podemos ver en unas recientes declaraciones de Elon Musk el hombre más rico del mundo en que en una de las frases nos advierte Si no tenemos suficientes niños, moriremos con un gemido (llevando) pañales para adultos. Será deprimente”, añadió. La población mayor de 85 años pasará de 150 millones en el 2019 a 426 millones en el 2050. En el 2019 una de cada 6 personas tenía más de 65 años y en el 2050 una de cada cuatro personas tendrá más de 65 años. Ya en el 2018 las personas mayores de 65 años superaban a los niños menores de 5 años. En todas las regiones del mundo ha aumentado la esperanza de vida. Esta mejora en la supervivencia de las personas mayores explica la proporción cada vez mayor de la longevidad. Esto indica que hay muchos factores que están influyendo en el envejecimiento, veamos: la reducción de la fertilidad, la alimentación, el avance de la medicina y la migración mundial son, por tanto, factores clave del envejecimiento mundial de la población. La migración internacional ha contribuido al cambio de las estructuras de edad en varios partes del mundo. Donde hay grandes flujos migratorios, la migración puede retrasar el proceso de envejecimiento, al menos temporalmente, ya que los migrantes suelen ser jóvenes en edad de trabajar. Sin embargo, los migrantes que se quedan en el país al encontrar mejores condiciones de vida terminan formando parte de la población de mayor edad. En Costa Rica, América Central no estamos vacunados contra esto y la pregunta sería ¿estamos preparados para lo que se viene? En nuestro país no se valora a las personas de la tercera edad como elementos que contribuyen al desarrollo; no se considera que sus habilidades para mejorarse a sí mismas y a la sociedad se deberían integrar en las políticas y en los programas a todos los niveles o por lo menos se hace muy poco.
El envejecimiento de la población está a punto de convertirse en una de las transformaciones sociales más significativas del siglo XXI, con consecuencias para casi todos los sectores de la sociedad, entre ellos, el mercado laboral y financiero y la demanda de bienes y servicios (viviendas, transportes, protección social…), así como para la estructura familiar y los lazos intergeneracionales. En los próximos años, muchos países estarán sometidos a presiones fiscales y políticas debido a las necesidades de asistencia sanitaria, pensiones y protecciones sociales de este grupo de población en aumento. Esto lo estamos viviendo ya en nuestra Costa Rica con los sistemas de pensión a punto de colapsar y el aumento de gastos de la Caja Costarricense de Seguro Social y hay que ponerles atención a estos dos puntos, así como ordenar el gasto de los programas de asistencia social.
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