
En el marco de las elecciones presidenciales del 2022-2026, los costarricenses nos encontramos ante la interrogante de quién será el responsable de guiar al país de vuelta a la estabilidad después del experimento fallido de los gobiernos del Partido Acción Ciudadana. Luego de una primera ronda de más de 25 candidatos, tenemos que decidir el 3 de abril entre la experiencia para gobernar y un equipo preparado o un “cheque en blanco” con tendencias populistas que ponen en riesgo la institucionalidad y el progreso de nuestro país.
Y es justo lo anterior que creo, debe tener peso para la decisión de los costarricenses, pues incluso obviando las propuestas del candidato Rodrigo Chaves que solo se pueden llevar a cabo por medios que a todas luces son inconstitucionales, existe un problema igual o mayor y se trata de la gobernabilidad, y es que justamente el último gobierno desde sus inicios nos ha recordado la importancia del apoyo de las distintas fracciones legislativas y de la capacidad de negociación (o dígase habilidades blandas) que esta requiere, ambas de las cuales Rodrigo Chaves no tiene.
Desde el inicio de su campaña y más aún conforme nos acercamos a la segunda ronda electoral, el mencionado candidato ha arremetido contra distintos sectores de la sociedad, desde la prensa hasta el sector público, pasando por sus distintos contrincantes en debates, lo cual ha causado que a pesar de las similitudes ideológicas, no cuente con la adhesión de ningún partido con presencia en la próxima Asamblea. Todo eso lleva a que en un posible gobierno de Chaves, la gobernabilidad y el tejido social se vean aún más deteriorados incluso después de los últimos ocho años.
Y es que no se trata esto de una sola opinión o criterio míos: Jefferies, la popular firma boutique de banca de inversión estadounidense emitió un informe a través de su división de mercados emergentes que detalla cómo la gobernabilidad sería mejor en una eventual administración de José María Figueres, y como es de esperar, en el informe se puede encontrar que el discurso incendiario de Chaves y su poca habilidad para negociar hasta ahora demostrada no genera confianza a miembros importantes del sistema financiero internacional acerca de un posible mandato de Chaves y sus consecuencias para el país.
Es en virtud de todo lo anteriormente descrito que he decidido votar a favor de la gobernabilidad y por ende, por José María Figueres para la segunda ronda electoral este 3 de abril, pues después de lo que hemos presenciado en los últimos años, creo que el país necesita de un cambio seguro para así volver a la ruta de la prosperidad y el bien vivir.
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