El abstencionismo y las controversias dentro de las elecciones municipales 2024

» Por Pablo César Villalta Mora - Estudiante de la UNA

En este año 2024, hemos sido testigos de las elecciones municipales, las cuales llegan después de un periodo políticamente agitado marcado por el gobierno actual, las tensiones en la Asamblea Legislativa y las decisiones de la Contraloría General de la República y el Tribunal Supremo de Elecciones.

Estas elecciones municipales plantean temas profundos que merecen nuestra atención, algunos de los cuales pueden parecer prometedores, mientras que otros son motivo de preocupación. Nos encontramos en una época que difiere significativamente de las elecciones municipales de décadas pasadas, caracterizada por una división política agresiva y un desinterés político sin precedentes.

No hay forma de ignorar el abstencionismo que el país está sufriendo estos años, desde el 2022 con las elecciones de la presidencia, como las estas elecciones municipales de este 2024 que impactan con una abstención de la población a nivel nacional de un 68,07% en las alcaldías y un 68,17% en las regidurías que preocupa y pone en riesgo el futuro de las elecciones y el derecho al sufragio que gozamos en el país.

Con los estudios de Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) nos permite percatarnos de que la población joven es la más desinteresada en tomar la decisión de quién va a regir la alcaldía en el cantón que habita.

Esto puede ser por distintas variables a considerar, las nuevas generaciones se forman con un escepticismo a la política del país lo que deja una brecha en las votaciones, la cual llamamos abstencionismo. Y la mayoría de la población que sí ejerce su derecho al voto, al menos en su mayoría con respecto a su nivel de población.

Son los adultos mayores que eligen votar por los partidos tradicionales que se mantienen en el poder después de más de una década de regir en el mismo cantón como alcaldes. Esto ocasiona una discusión entre la población que se queja o no está de acuerdo con que estos partidos tradicionales se mantengan en el poder de la municipalidad.

De alguna u otra manera que no se esté de acuerdo con esto, la manera de solucionarlo no es quejándose o discutiendo sobre el tema sino insistiendo en que la población se interese de verdad en las votaciones y que entiendan el poder que se nos otorga a nosotros como votantes y que pueden cambiar para bien o para mal el futuro de su pedacito de país.

No se deja de votar porque las cosas no estén yendo bien en el país, al contrario, se debería salir a votar para que las cosas que estén mal se puedan cambiar y transformar en su futuro prometedor.

Costa Rica no se formó como país y se convirtió en lo que es hoy con un nivel de desinterés alto, se formó con las clases bajas, trabajadoras luchando por su patria. El salir a votar es honrar la cita de nuestro Himno Nacional: “conquistaron tus hijos labriegos, sencillos…”

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