El país debe implementar buenas prácticas ganaderas para combatir la larva de la mosca Cochliomyia hominivorax. Cuando las moscas ponen en las heridas lo hacen en racimos lo que nuestros ganaderos conocen como queresas de ahí salen las larvas que ocasionan la gusanera. ¿Dónde hay que cuidar el ganado? en el ombligo de terneros recién nacidos, en la placenta cuando no es expulsada en las primeras 12 horas después del parto e incluso en los ojos cuando el animal presenta mucho lagrimeo. Las larvas invaden las heridas umbilicales de los recién nacidos o las causadas por alambres de púas, rasguños, intervenciones quirúrgicas, marcación con hierro, mordeduras de perro o murciélagos, picaduras de moscas y garrapatas, heridas por peleas con otros animales y todo tipo de daños en la piel. Al suceder esto vienen más moscas por lo que hay más huevo y eclosionan más larvas ocasionando más huecos que se pueden infestar con bacterias y ocasionar la muerte del animal. Los más vulnerables son los recién nacidos cuando las queresas atraen moscas a un ombligo mal cicatrizado. Cuando los ataques han provocado la gusanera la herida hiede, hay escurrimiento sanguinolento y se observan gusanos en diferentes estados de desarrollo, algunas veces en los bordes de la herida se observan las queresas. Si no causan la muerte, las infestaciones múltiples pueden ocasionar mutilaciones severas. El tratamiento preventivo y todas las buenas prácticas de manejo a veces no evitan las gusaneras que tienen un impacto negativo en la productividad. Estudios en bovinos de carne indicaron que, en los terneros, las gusaneras antes del destete afectaron significativamente la tasa de crecimiento y la ganancia de peso al destete. Además, las gusaneras umbilicales predisponen a onfaloflebitis y artritis sépticas.
Control y tratamiento
Se deben considerar diferentes prácticas tanto de manejo como en la utilización adecuada de productos químicos. El control químico continuará siendo un método indispensable, por ello es necesario utilizar racionalmente los insecticidas y desparasitantes. En general las larvas del gusano barrenador se tratan con insecticidas. Como en estas fases no se dispone de alternativas distintas a productos químicos, se deben usar de manera responsable, es decir no abusar hacerlo, adecuadamente para evitar que se desarrolle resistencia. Los tratamientos locales tienen acción profiláctica sobre las heridas susceptibles, pero su poder residual no supera los dos o tres días. El tratamiento sugerido para heridas con larvas es aplicar un insecticida local para provocar su expulsión inmediata o facilitar la extracción con pinzas Luego administrar doramectina inyectable (0,2 mg/kg) para proteger a la herida por 10 a 12 días y permitir la cicatrización. Como manejo integral los ganaderos deben revisar su ganado y sobre todo proteger las heridas por castraciones, descornes, marcación, mordida de murciélagos y siempre hacer buenas curaciones de ombligo. Las vacas con retención placentaria deben protegerse con repelentes para evitar que las moscas pongan huevos en esos tejidos. A toda costa evitar las condiciones para que las moscas no pongan los huevos y luego tener que utilizar los insecticidas.