El país enfrenta uno de los retos más importantes en su historia, ver como inauguran un arreglo de un puente, me lleva a pensar, cuando no se hace nada, cualquier excusa es bueno para hacer ruido para camuflar la inoperancia. El país requiere una regeneración en sus discusiones cotidianas y de nuevas ideas que puedan convertirse en realidad para verdaderamente construir un futuro mejor. Tenemos que dejar de lado el populismo, las familias están cansadas, los hogares en las zonas rurales quieren comer tres veces al día, quieren que los vuelvan a ver. Seguimos en otro Gobierno donde las zonas más vulnerables siguen olvidadas, cuando será el día que surja ese gran milagro.
Hace unos días escuche esta palabra MOONSHOT, es la acción radical sustantivada, un “disparo a la luna.” La idea de apostar por lo inimaginable y conseguir un éxito. El término moonshot thinking viene de la expresión “shoot for the moon”, que en inglés significa “apuntar a la luna”, en el sentido de apuntar muy alto y hacia un sitio casi inalcanzable.
El moonshot thinking puede ser una muy buena manera de ampliar los horizontes y crecer como país, hemos estado cansados de la política de siempre, de cual le apostamos al cambio y lamentablemente nos salió muy caro, ver gente que nunca estuvo en el país, pero ahora son Presidente y ministros, nos pone a pensar, que piensan los ticos, con el moonshot se pretende perder el miedo al fracaso o al error, es decir, el miedo a intentar cosas nuevas. Pero hasta donde estos cambios que hemos visto mejoría el país, es claro que los discursos de estos gobiernos garroteros, hace que nos decepcionemos, pero hasta donde el apuntar a la luna o como buenos ticos tirar la saliva para arriba en algún momento nos cae en la cara y créame ya nos está por caer.
Ahora bien con el paso del tiempo, la sucesión generacional en la política es muy importante y esto es una llamado a los políticos de los partidos tradicionales, ¿Por qué es que los problemas comienzan cuando un cambio se avecina? ¿Qué es lo que dificulta el panorama? Estas preguntas son la cara de lo que vemos en los partidos tracciónales si queremos vender una propuesta sólida, diferente y de refrescar, tenemos que animarnos hacer cambios, pero los de siempre prefieren perder, seguir tomando decisiones y eso le viene saliendo caro al país, ya que al ver las mismas caras le apuesta a lo nuevo y lo nuevo nos está chimando hasta el punto que no nos importa y aplaudimos la inoperancia.
Pero donde está quedando el Costa Rica PURA VIDA, del cual es el eslogan de país, su principal carta de presentación. Se usa en publicidad, tanto para anunciar cerveza como colchones, y para promocionar el ecoturismo.
Pero ¿responde su definición a la realidad de la que vivimos? Hay indicadores que llevarían a pensar que sí, otros cuentan una historia diferente.
Pero “tenemos un nivel de pobreza que sigue siendo inaceptable, la desigualdad creciente y el alto costo de la vida, casos de corrupción que hasta perdí la cuenta y golpea tanto al gobierno como al país, que le aposto al cambio.
Son problemas a los que tendrá que hacer frente el nuevo presidente, ya que están cercas la próximas elecciones y este GOBIERNO YA ESTA EN CAMPAÑA con su caballito, quien será elegido(a).
Los ciudadanos hemos entrado en un estado de hartazgo constante, el actual presidente con su discurso habla y muchos costarricenses se identifican por el mismo sentir, pero realmente el señor presidente aguanta hambre, será que salió a buscar trabajo, será que le han cobrado atrasos en sus créditos o mejor aún, darse el lujo de vivir en una zona rural donde existen más necesidades. Ojala pudiera manejar 6 horas como lo hago yo cuando viajo de San Vito a San José.
Hago referencia a lo que escribí hace unos meses: Pero existe una palabra muy curiosa que dio resultado en estas tres campañas y son los famosos forasteros, esos que nadie conoce, llegaron al momento oportuno, idónea y aprovecharon el hartazgo político y por el famoso voto en contra quedaron, estos se “aprovechan” de que los ciudadanos están cansados de los políticos tradicionales para aparecer ellos como algo disruptivo. Sus mensajes, forma de transmitirlos, imagen, etc. suelen ser muy distintos e innovadores, lo que atrae al público convencional.
En definitiva, estamos en unos de los momentos más históricos del país, donde vemos partidos por doquier, forasteros con ganas de ser presidentes y partidos que no ponen caras nuevas y dan espacio a los nuevos liderazgos. En algunos lugares la gente no ve a la política y a los políticos como gente capaz de solucionar sus problemas, en manos de quien estamos y ahora en manos de quien quedaremos, los dejo pensando.
